Debemos hacer más para brindar atención equitativa, integral, diferenciada y con calidez a todas las personas, independientemente de su orientación sexual.
El 17 de mayo se conmemorarán los 15 años de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales, se han registrado avances en la situación de las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT), pero persisten desafíos, afirmaron expertos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).En vísperas del Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia -que se observa cada año el 17 de mayo para conmemorar el día en 1990 cuando la OMS eliminó la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE )-, los especialistas destacaron el consenso generalizado de que la homosexualidad es una variación natural de la sexualidad humana y no se puede considerar como una condición patológica.
Entre los avances, enfatizaron el rechazo a las “terapias” de cambio de orientación sexual, las cuales carecen de justificación médica y científica, y representan una grave amenaza para la salud y el bienestar de las personas afectadas, según un documento técnico publicado por la OPS/OMS en 2012. Actualmente, hay también un consenso emergente de que las personas trans tampoco padecen un trastorno.
Otro de los avances de los últimos 15 años fue la resolución aprobada en septiembre de 2013 por los ministros de Salud de las Américas en la OPS, para reducir las disparidades en el acceso y el uso de los servicios de salud por parte de la población LGBT.
“La resolución reconoce que el estigma y la discriminación tienen efectos reales y adversos en la salud de las personas LGBT“, señaló la Directora de la OPS/OMS, Carissa F. Etienne. “Estas crean barreras que van desde la negación pura y simple de la atención, a la atención deficiente o suposiciones erróneas acerca de las causas de sus problemas de salud“.
Además de comprometerse a trabajar para erradicar el estigma y la discriminación en los servicios de salud, las altas autoridades sanitarias de la región acordaron hacer frente a otro reto:la falta de información sobre la salud de este grupo. En ese sentido, y con el apoyo de la OPS/OMS, se está recopilando información para conocer las necesidades de salud de esta población, los obstáculos que enfrentan para acceder a la atención y el impacto del estigma sobre su salud y bienestar.
“Pocos sistemas de información sanitaria tienen en cuenta variables como la orientación sexual o la identidad de género, lo que hace que las personas LGBT sean invisibles en los sistemas de salud, con graves consecuencias para la salud individual y pública“, consideró Etienne. Este diagnóstico podrá apoyar la redefinición de los modelos de atención, con un enfoque de protección de derechos humanos e igualdad de género.
Según la información disponible, las personas LGBT experimentan peores disparidades y resultados de salud que las heterosexuales. Presentan mayores tasas de infección por VIH, depresión, ansiedad, consumo de tabaco, abuso de alcohol, suicidio o ideas de suicidio por estrés crónico, aislamiento social, y desconexión de una serie de servicios de salud y apoyo.
La falta de competencias de los profesionales de la salud para comprender y abordar los problemas de salud específicos de este grupo es otro de los desafíos. “Lesbianas, gays, bisexuales y trans son sujetos de derecho y deben recibir un trato respetuoso y considerado en los servicios de salud en conformidad con las normas y estándares universales y regionales de derechos humanos“, subrayó Heidi Jiménez, asesora jurídica de la OPS/OMS.
Actualmente, varios países de las Américas, que atraviesan un proceso de reforma de la salud, están discutiendo, revisando y formulando políticas y legislación basada en derechos humanos y estableciendo servicios específicos para este grupo, con el fin de avanzar hacia el acceso y la cobertura universal de la salud.
“Han habido avances, pero debemos hacer más para sortear el obstáculo de la homofobia y brindar una atención equitativa, integral, diferenciada y con calidez a todas las personas, independientemente de su orientación sexual“, afirmó Anna Coates, jefa de la Unidad de Género y Diversidad Cultural de la OPS/OMS.