El cáncer cervicouterino es una de las consecuencias de la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH), es un grupo de más de 150 virus y se puede transmitir por medio del contacto con la piel infectada con el virus. La forma más común de contagio es mediante el sexo vaginal, anal e incluso oral.
Como en todas las enfermedades, existen diversos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer cáncer cervicouterino, entre ellos se encuentran antecedentes familiares con este padecimiento, sobrepeso, tabaquismo, mala alimentación e infecciones de VPH. Incluso en aquellas mujeres que ya han sido diagnosticadas o tratadas por una infección previa por el VPH, vacunarse hoy les permite protegerse contra nuevas infecciones.
La base o el entorno para que una mujer pueda tener una tasa de éxito alta depende del punto en el que la enfermedad esté avanzada. Por supuesto que un cáncer puede controlarse, pero siempre y cuando esté localizado en la parte del útero. En la parte del cervix puede ser operado y ayudarse con quimioterapia.
En México la prevalencia del cáncer cervicouterino ocurre entre los 25 y 26 años. Sin embargo es el grueso de la población, no es que haya más, sino que la población tenga esa tendencia. En ese rango es donde más hombres y mujeres hay. La vacuna se puede aplicar aunque ya se tenga vida sexual y aunque ya se tenga una lesión por virus del papiloma humano. El rango de efectividad es altísimo. Incluso en pacientes con verrugas hay gran mejoría de la enfermedad al aplicar la vacuna.
Algo que debe quedar claro es que el cuerpo es el único que tiene la capacidad de curar este padecimiento. Los médicos hacen control del virus; es decir, el virus, una vez que entra en el cuerpo tiene tres caminos, uno es quedarse de forma latente, el virus puede progresar a ser una lesión de bajo o alto grado o bien eliminarse de forma completa. Podemos ayudar al cuerpo a curar disminuyendo los factores de riesgo.
El diagnóstico del VPH no es por síntomas. La forma de hacer el diagnóstico oportuno es de la sitología exfoliativa es el método de tamizaje por excelencia en este momento. Una vez que ya se encontraron alteraciones en las células en este estudio, con la finalidad de llegar al diagnóstico y la importancia del VPH es prevenir.
Algunas cifras para darte una idea más amplia…
- El cáncer de cuello uterino es el segundo tipo de cáncer más común entre las mujeres. Más del 99% de los casos están relacionados con infecciones genitales por el virus del papiloma humano.
- El VPH constituye la enfermedad de transmisión sexual más común en todo el mundo, con cerca de 660 millones de personas infectadas a nivel global.
- En el 2012, más de 83 mil fueron diagnosticadas de cáncer de cuello uterino y casi 36 mil fallecieron por esta enfermedad en las Américas.
- Cada año, los distintos tipos de VPH causan aproximadamente 610 mil nuevos casos de cáncer. La mayoría corresponden a tumores de cuello uterino.
- Existen más de 150 variedades de VPH conocidas. Afectan las membranas mucosas o las capas húmedas que cubren los órganos y las cavidades del cuerpo que están expuestas al exterior como la vagina y el ano. Las cepas 16 y 18 del VPH son responsables de la mayoría de los casos de cáncer asociados a este virus.
- Al menos la mitad de la gente sexualmente activa contraerá VPH en algún momento de sus vidas; de ellas, unas pocas mujeres desarrollarán cáncer de cuello uterino.
- Al principio, el cáncer de cuello uterino puede no causar signos ni síntomas, pero cuando ya está avanzado puede provocar sangrado o secreciones vaginales anormales, como pérdida de sangre después de haber tenido relaciones sexuales.
- La mejor forma de prevenir el contagio del VPH es la vacuna. Existen dos y ambas protegen contra los principales tipos del virus que causan cáncer de cuello uterino, vaginal y de vulva.
- La vacunación contra el VPH de niñas y adolescentes puede prevenir alrededor de un 70% de los casos de cáncer de cuello uterino.
- Existen dos exámenes que pueden prevenir el cáncer de cuello de útero o detectarlo precozmente y así poder tratarlo a tiempo: el Papanicolau, que busca lesiones precanserosas en el cuello uterino y se recomienda a partir de los 21 años; y el test del VPH, que busca directamente la presencia del virus en el organismo y es aconsejable a partir de los 30 años.
Un resultado normal en ambos brinda la tranquilidad de que sus chances de desarrollar cáncer de cuello uterino en los próximos años es muy baja.
Sitios de interés
- American Cancer Society http://www.cancer.org/
- Fundación Nacional para el Cáncer Cérvico Uterino A.C. http://www.funacc.org.mx/
Referencias
- American Cancer Society (EE.UU.). Cervical Cancer. Disponible en: http://www.cancer.org/ Consultado el 27 de julio de 2015.
- GLOBOCAN. GLOBOCAN 2012: Estimated Cancer Incidence Worldwide in 2012. Disponible en: http://globocan.iarc.fr/Pages/fact_sheets_population.aspx Consultado el 15 de julio de 2015.
- Datos en archivo
- SE, Kjaer SK, Sigurdsson K y cols. Evalution of quadrivalent HPV 6/11/16/18 vaccine efficacy against cervical and anogenital disease in subjects with serological evidence of prior vaccine type HPV infection. Landes Biosciende. 2009; 5:10 ; 696-704.