La presidenta de la Comisión Especial de salud mental y drogas, diputada Leticia Amparano Gamez, se pronunció por atender las enfermedades psiquiátricas con la misma intensidad que se hace con la diabetes y el cáncer, ya que “también matan”, por lo que es necesario prevenirlas, destinarles mayores recursos y modificar las leyes.
Durante la inauguración del foro “Situación actual, retos y propuestas de los problemas de salud mental en México”, la legisladora subrayó que los tiempos modernos han acarreado un sinfín de problemáticas en los trastornos la salud mental y existe “demasiada indiferencia y estigma”.En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada 10 de octubre, la diputada aseguró que hay “rezagos brutales” en leyes para la atención de esos padecimientos, por lo que consideró necesario legislar, con el fin de atenderlas.
Se pronunció por trabajar en una norma amplia y sólida que garantice el bienestar y el acceso a la atención de la salud mental de las personas que tienen algún tipo de padecimiento.
El diputado Federico Döring Casar, expresó que la tendencia del Congreso de la Unión en los últimos años ha sido apoyar al Estado mexicano en la prevención y combate de las enfermedades crónico-degenerativas, por encima de las infectocontagiosas.
Esa situación se debe, explicó, a que el costo para enfrentar a estas últimas es altísimo, respecto de las otras. “Eso puede sonar bien, pero también ha dejado en sesgo la prevención de otro universo de enfermedades, como las psiquiátricas”.
Recordó que la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica de 2003 reveló que mucho de los problemas de salud mental están vinculados a las enfermedades crónico-degenerativas, ya que 14% de quienes sufren estos trastornos son derivados de algún padecimiento psiquiátrico de larga duración.
Por ello, se pronunció por dar visibilidad al tema y dejar de estigmatizar a los enfermos, tanto en la sociedad como en la familia. En las zonas urbanas, dijo, la depresión es un asunto casi rutinario y se calcula que hay 305 psiquiatras por cada cien mil habitantes.
Döring Casar precisó que en la Ciudad de México, en donde hay conocimiento y oferta de servicios de salud, esta no es una preocupación que se atienda socialmente y, preguntó: ¿qué pueden esperar quienes no tienen ni la concentración de servicios de salubridad ni la oportunidad de diagnóstico ni de atención?
Se congratuló porque por primera vez esta cámara tiene una comisión especial para prevenir los trastornos mentales, ya que “muchos de los que legislamos no conocemos bien este tema y el foro permite saber qué se tiene que hacer y compensar lo que no se ha logrado, así como ver a la salud como un dolor humano y no como un mecanismo de prevención crónico-degenerativa, ni como consecuencia y tratamiento de la misma”.
El representante de la Organización Panamericana de la Salud en México/Organización Mundial de la Salud, Enrique Gil, puntualizó que este foro permite visibilizar el trabajo que el país realiza en salud mental, principalmente de su política, plan y programa en la materia.
Argumentó que el Día Mundial de la Salud Mental 2016 remite a las primeras ayudas psicológicas, que son las que se ofrecen en situaciones de emergencia y eventos de gran magnitud, como en desastres naturales, guerras, conflictos armados, accidentes aéreos y en eventos como la muerte de un familiar, de una persona, o un robo, un incendio o un accidente de tránsito.
Con este foro, expuso, se podrán revisar las diferentes líneas de acción y las estrategias que el Plan Mundial de Salud Mental 2013-2020 está incluyendo; principalmente, los que tienen que ver con los recursos humanos, el financiamientos de la atención y la participación de otros sectores de la sociedad civil.
Se manifestó a favor de establecer alianzas estratégicas con diferentes actores; promocionar y prevenir la salud mental dando énfasis en la niñez y adolescencia, como capital humano del futuro, igualmente reestructurar y reorganizar el modelo de atención desde el primer nivel.
Dunia Cristina Pintado Inzundegui, presidenta de la asociación civil Red Voz Pro Salud Mental, expresó que no hay calidad de vida sin salud mental; es una área importante, pero ha estado abandonada, estigmatizada, y no ha sido tomada en cuenta.
“Hoy, el tipo de sociedad que estamos viviendo, las situaciones traumáticas y la falta de seguridad, todo eso son grandes detonadores de trastornos; entonces, necesitamos mucho apoyo y ayuda”, añadió.
Hizo votos por ayudar a quienes padecen estas enfermedades desde la infancia, y se requiere concientizar, capacitar y desaparecer estigmas sobre la esquizofrenia, pánicos y demás trastornos mentales, ya que desde el seno familiar hay vergüenza cuando se tiene un familiar con algun padecimiento de estas características.
Durante su conferencia magistral, la directora general del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”, doctora María Elena Medina Mora, señaló que la salud mental debe ser atendida porque afecta el desarrollo, es decir, “nos cuesta mucho”. De todas las enfermedades, “la depresión es la más discapacitante y las personas pierden más días de trabajo”, siendo las mujeres las que sufren más este padecimiento.
Mientras, el suicidio está aumentando, especialmente en los jóvenes, y “esta causa de muerte, a pesar de que su mayor predictor es un trastorno mental, no se cuantifica dentro de las muertes relacionadas con la enfermedad mental, y si lo hicieran la proporción que le toca sería muy alta”, sostuvo.
Resaltó que en México no se tiene cobertura de tratamiento, por lo que las personas enfermas viven muchos días sin él y eso hace que su impacto sea más grande. Además, la gente tarda mucho en llegar a un tratamiento; en México, alrededor de 14 años, mientras que en Japón, un año.
La doctora comentó que esta brecha de atención se ha dado porque tradicionalmente la prioridad en salud y los recursos se asignaban en términos de la mortalidad, es decir, aquellas enfermedades que ocasionaban una muerte pronta eran las que recibían los apoyos y la enfermedad mental tiene poca participación en la mortalidad.
Sin embargo, los trastornos “son enfermedades que inician a temprana edad, ya que el 50% aparecieron antes de los 27 años y son padecimientos crónicos que pueden controlarse, pero muchos de ellos son para toda la vida”, dijo.
Destacó que el presupuesto es bajo, representa 2% del que se destina a salud, a pesar de que le corresponde una carga alta de la enfermedad. En cambio, en países con nivel medio de desarrollo es de 4.27; entonces, dijo, se tendría que duplicar para estar en las condiciones de nuestro nivel de desarrollo.
Sostuvo que para que sea posible un cambio de paradigma es necesario trabajar en colaboración, con equipos de salud mental y psiquiatría, con la comunidad y grupos de ayuda mutua, así como con organizaciones de la sociedad civil, con trabajo escalonado, cooperativo y que permita extender a todos los servicios.
También estimó que para atender la enfermedad cerebral se requiere incrementar el presupuesto en salud, modificar cómo se gasta el recurso, capacitar a los equipos de salud mental, asegurar el acceso a los medicamentos y reforzar el sistema de información.