Con el aumento de cibernautas y la cantidad de material que estos suben e intercambian en Internet, puede ser complicado estar al tanto de los sitios a los que los niños y adolescentes entran.
Existen muchas situaciones de riesgo a las que los cibernautas se pueden enfrentar en Internet, una de ellas es la pornografía, que puede desembocar en una adicción. La adicción a la pornografía es como cualquier otra adicción, cuando se pone al adicto en abstinencia, este siente una necesidad intensa de volver a recaer, y tratándose de algo que está a una búsqueda de distancia, es muy difícil resistirse.Uno de los factores más peligrosos de esta práctica, es que la adicción a la pornografía es un actor silencioso que puede tener lugar en cualquier dispositivo móvil. Quien está involucrado en este tipo de práctica difícilmente lo compartirá con alguien más, sin embargo, existen señales que pueden indicar adicción a contenidos inadecuados, como lenguaje inapropiado para la edad, ansiedad y depresión, problemas para dormir y actitudes negativas sobre la sexualidad.
Gran parte de los adictos comienzan a edad temprana, cuando aún son niños, sin darle importancia se exponen a imágenes que distorsionan su percepción sobre la sexualidad, su propio género así como el opuesto. Mariel Cuervo, vocera de la iniciativa «Para un Internet Seguro«, afirma que existen 5 etapas de adicción a la pornografía:
- Exposición: Esta adicción empieza con una primera exposición, que en la mayoría de los casos es accidental o involuntaria. Ésta puede ser en Internet o fuera de él, por ejemplo, revistas que comparten los compañeros del colegio.
- Adicción: Después de esa primera exposición, se genera la curiosidad de querer saber y ver más; es en este punto en el que la adicción comienza a desarrollarse, pues se empieza a buscar activamente la pornografía, convirtiéndose en una «droga«.
- Degradación: Pasado un tiempo de exposición, el adicto comienza a buscar imágenes o videos que le causen mayor placer, buscando géneros pornográficos que al principio puedan parecer desagradables e inaceptables, pero con el tiempo se vuelven disfrutables y normales.
- Desensibilización: Con el paso del tiempo, las imágenes y videos que le producían placer dejan de hacerlo, produciéndose un efecto muy nocivo: La necesidad del adicto a su dosis de pornografía para poder sentirse bien.
- Tomar acción: Este es el punto cúspide de la adicción a la pornografía. En algunas ocasiones, los adictos deciden trasladar al plano real aquello que han experimentado virtualmente, y dependiendo del tipo de material que consumían, pueden llegar a delinquir o transgredir a otra persona.
Finalmente Mariel Cuervo, expone que la herramienta más fuerte que se puede tener para evitar una adicción a la pornografía, es la comunicación, escuchar qué opina los hijos sobre la pornografía en Internet, compartir tu opinión con ellos y crea lazos fuertes y sanos de confianza, no solo sobre este tema, sino también sobre la sexualidad, para que sepan cómo actuar, respetarse a sí mismos y a su entorno.
Sitios de interés
- Iniciativa «Para un Internet Seguro» http://www.parauninternetseguro.com/