“Me siento excelente. Mi mensaje para la gente es que se cuide porque la vida cambia de un momento a otro, gracias a los médicos, a las enfermeras y a todo el personal del IMSS. Me atendieron muy bien y con mucha calidad, gracias a todos, a mis compañeros de trabajo que hoy están aquí, y a mi mamá”, destacó Adrian.
Adrián, “el paciente más guerrero de todos”, egresó entre aplausos y porras de su familia, amigos y personal de salud del Hospital General de Zona No. 1 de Saltillo, Coahuila, tras permanecer un mes internado por COVID-19, presentar insuficiencia renal, desequilibrio electrolítico y sangrado pulmonar, lo que ameritó intubación y sedación durante 2 semanas.
Debido a su gravedad, el paciente fue atendido con plasma convaleciente en este hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
La neumóloga y líder de uno de los equipos COVID-19 en el turno matutino, Alejandra Carolina Moncada López, explicó que Adrián, de 34 años, ingresó al hospital el 2 de junio, con sospecha de infección por SARS-CoV-2, tras un viaje que realizó al Estado de México, donde vive su familia.
Durante el mes que permaneció hospitalizado presentó insuficiencia renal, desequilibrio electrolítico y sangrado pulmonar importante, complicaciones descritas como muy graves en la literatura médica mundial, refirió.
Por su parte, el médico internista Pablo Alejandro Macías Torres, líder COVID en el turno vespertino, dijo sentirse orgulloso y privilegiado de haber contribuido en el restablecimiento de la salud de Adrián.
“Ha sido nuestro sobreviviente más guerrero. Vimos como la actitud es fundamental. Aplicamos todos los tratamientos existentes, además del plasma de paciente convaleciente, y lo impulsamos con el apoyo de su familia. Creo que lo que funcionó fue la suma de todo”, recalcó.
Relató que la señora Andrea, madre del paciente, fue el primer familiar que ingresó al área de confirmados COVID.
“Lo hicimos porque estaba realmente muy grave y el pronóstico era sombrío, pero estaba inconsciente y no se dio cuenta de la visita, de ahí que una tarde, para darle ánimos, retiramos la sedación, hicimos una videollamada con su mamá y su hermana y ocurrió el milagro: Adrián lloró; a partir de ahí subieron sus niveles de saturación de oxígeno. Fue una experiencia épica”, describió el médico.
Por razones laborales, Adrián llegó a Saltillo en marzo, con un grupo de 6 amigos para trabajar en la verificación de procesos de una industria en la región sureste, expuso la madre de Adrián y de otros 3 hijos.
En mayo viajó al Estado de México para visitar a su familia. Suponen que se contagió en el trayecto, y aunque sus 6 compañeros de vivienda y de trabajo presentaron síntomas, ninguno se puso tan grave.
“Primero me dijeron que le habían puesto oxígeno, luego mascarilla y después el respirador. A partir de ahí me lo reportaron muy grave, por lo que pedí a uno de mis hijos que me trajera; su hermana, Aurora, vino conmigo. Lo peor fue cuando me informaron que le estaban sangrando los pulmones”, recordó.
Reconoció que en algún momento llegó a pensar que su hijo podría morir, pero nunca lo aceptó y se “agarró” de la fe: “cuando entré a verlo, le dije: hijo, vine por ti y no me voy a ir sin ti”.
“No me va a alcanzar la vida para agradecer a todo el personal, a los doctores, trabajadoras sociales y al Seguro Social, han sido muy amables con nosotros. A todos mil gracias”, expuso.
“Me siento excelente. Gracias a todos por su apoyo”
Poco antes de abordar la ambulancia que lo llevaría a su domicilio en Saltillo, Adrián dijo sentirse excelente, agradeció los cuidados y apoyo por parte del personal del Instituto Mexicano del Seguro Social y pidió a la gente que se cuide.