noviembre 20, 2024

Endometriosis en la adolescencia ¿cómo detectarla?

Plenilunia Salud Mujer
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Para las mujeres con endometriosis la menstruación a menudo llega a ser como una pesadilla. Foto: Depositphotos.

Por Eva Marina Alva.  La adolescencia es una de las etapas más felices y a la vez más complicadas de nuestra vida, es una edad en la que en ocasiones no sabemos ni cómo vestirnos, nos empieza aburrir las muñecas, y algunos juegos infantiles…

ya no somos niñas, ni adultas, estamos en un momento de transición y a menudo nos sentimos incomprendidas e, inclusive, llegamos a pensar que nuestros padres no nos quieren. Todo esto es debido a los cambios que van ocurriendo en nuestro cuerpo, en el caso de las mujeres el hecho que nos crezcan los pechos, el bello púbico, las caderas se ensanchan y empezamos a menstruar.

En la endometriosis se presentan síntomas como dolor, inflamación, sangrados abundantes e irregulares, diarrea o estreñimiento, dolor en la parte baja del abdomen, en las piernas, cansancio, depresión, entre muchos. Foto: Depositphotos.

Cuando tenemos nuestra primera menstruación todo mundo nos felicita, es un gran acontecimiento ya que es cuando según la sociedad nos convertimos en mujercitas. Pero para las mujeres con endometriosis esta menstruación a menudo llega a ser como una pesadilla: dolor, inflamación, sangrados abundantes e irregulares, diarrea o estreñimiento, dolor en la parte baja del abdomen, en las piernas, cansancio, depresión, entre muchos otros síntomas.

Recuerdo que mi primera menstruación fue a los 13 años, estaba en la secundaria y desde los primeros meses eran tan abundantes que aunque yo fuera cuidadosa en cambiarme las toallas no estaba exenta a que ocurriese un desagradable accidente de manchar mi ropa… estaba en escuela mixta, era muy vergonzoso para mi tener que levantarme de mi lugar y amarrarme el suéter a la cintura o ponerme la bata blanca del laboratorio con el riesgo de también mancharla.

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Tener que sonreír cuando me sentía nerviosa, insegura, con dolor y apenada, no quería que nadie se me acercara, sentía que olía mal, aunque no fuera así, el dolor cada mes era más intenso y mis periodos menstruales cada vez más largos. En ocasiones no podía ni concentrarme en las clases por estar preocupada por que los hombres se dieran cuenta que me había manchado y ser el blanco de burlas y risas. Esto me ocasionó problemas en mi autoestima, y en la escuela por la falta de compresión de mis maestros, familia, amigos y en general en mi entorno.

Pueden pasar muchos años antes que se diagnostique endometriosis. Foto: Depositphotos.

A los 14 años los dolores iban en aumento y cuando sentía ese intenso dolor que me hacía sudar, ver luces de colores y luego todo se me apagaba hasta perder el control de mi cuerpo, cuando despertaba sudando frio y totalmente desconcertada, estaba en la dirección de la escuela, y las maestras pensando que se me había bajado la presión, me daban te con mucha azúcar y pastel con mucho merengue… ahora a través de los años he descubierto que esto que hacían era lo peor para mi salud.

Desde los 13 años empecé a acudir al ginecólogo, porque además de los síntomas pre-menstruales y de los intensos dolores, presentaba infecciones vaginales sin tener ningún tipo de relación sexual, los médicos decían que era por falta de higiene, cuando yo siempre he sido muy cuidadosa con éste aspecto.

Fueron años de pasar de un ginecólogo a otro, y también visitando endocrinólogos… nadie sabía qué era lo que le pasaba a mi cuerpo, y yo sentía esos dolores cada día más fuertes; a mis 15 años los sangrados duraban tres semanas y sólo descansaba una, mi autoestima y seguridad eran nulas, era una adolescente temerosa y por más cuidadosa que era, el sangrado estaba fuera de mi control; dejé de asistir a algunos compromisos sociales y llegué a faltar en algunas ocasiones al escuela.

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Cada mes sentía que se me partía la cadera en dos, debía usar toallas sanitarias nocturnas en el día y pañales de adulto en la noche, mi mamá al ver que los tratamientos ginecológicos no daban resultados se preocupó e intentó de todo hasta llevarme a que me sobaran y me “cerraran” la cadera, me vendaban y me ponían de esas fajas que usan las mujeres después del parto, pero eso tampoco servía… los síntomas iban en aumento y el dolor tan intenso, que sentía la necesidad de pujar muy fuerte, iba al baño y el dolor era como si me encajaran un grueso alarme de mi ano al ovario, era famoso “calambre asesino” que no me dejaba respirar ni moverme, después de esto venía el desmayo.

Es importante que las jovencitas estén informadas sobre los síntomas de la endometriosis para poder disminuir el tiempo de diagnóstico y que ellas puedan tener un tratamiento adecuado para lograr una mejor calidad de vida. Foto: Depositphotos.

Así pasaron los años hasta que a mis 25 años un dolor incapacitante me llevó al hospital y fue ahí cuando por un quiste de 12 cm (endometrioma) deciden operarme y detectan que tengo Endometriosis, fue entonces cuando perdí mi ovario izquierdo y mi trompa de Falopio.

Esto es brevemente mi historia de la adolescencia, estoy segura que las jovencitas al estar bien informadas podrán tomar una mejor decisión sobre su cuerpo, evitarán perder órganos y tendrán una mejor calidad de vida, es por esto, que hemos iniciado una campaña dirigida a las niñas y adolescentes desde los 9 a 19 años en donde se les informa sobre cómo es el cambio de su cuerpo, qué es la endometriosis, los síntomas, qué hacer y con quién acudir, así como los posibles tratamientos que los especialistas les pueden recomendar, y recomendando siempre llevar el diario endo para que se los puedan llevar a sus ginecólogos.

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Nuestro objetivo es disminuir el tiempo de diagnóstico y que ellas puedan tener un tratamiento adecuado para lograr una mejor calidad de vida.

La campaña consiste en dar pláticas en escuelas y comunidades para informar. Éstas son gratuitas. Si conoces algún lugar en donde podamos acudir, te pedimos nos apoyes mandando un mail a ealva[arroba]viveplena[punto]com con tus datos y con gusto nos pondremos en contacto contigo.

Si quieres apoyar a la causa para que podamos seguir ayudando a cada vez más mujeres, sensibilizar y concientizar a la población, además de continuar difundiendo e investigando sobre el tema, te pedimos realices tu aportación voluntaria por paypal a la dirección que se encuentra en esta página.

Ayúdanos a difundir esta información y apoya esta causa que puede ser la tuya para que cada día seamos más las mujeres con una Vida Plena.

Eva Marina Alva integrante de: Endo Vive Plena: http://www.viveplena.com

 

Imagen cortesía de
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