Los hijos son el postre de la vida y las mujeres pueden disfrutarlo al encontrar una empresa que les permita compaginar su vida personal y profesional. Porque aunque parezca increíble, sí las hay.
A los 30 años de edad, Carolina Rodríguez renunció a una exitosa carrera ejecutiva para buscar una vida personal que sólo existía en su imaginación. Dejó vacante la Dirección de Recursos Humanos de una importante empresa de consumo para América Central, al tomar la decisión casarse y mudarse a México, sin empleo y sin visa para trabajar, siendo colombiana.
Hoy diez años después de aquella apuesta, su sonrisa emerge al recordar ese momento. Ha conseguido lo mejor de los dos mundos. Es director asociado de Talento y Efectividad Organizacional en Kraft Foods de México, donde laboran 4,770 personas; y a la vez es madre de María José –de 8 años—, de Nicolas –de 2 años— y espera su tercer bebé, que será niño y nacerá en enero próximo.
¿LOS HIJOS SON EL POSTRE DE LA VIDA?
“Coincido totalmente. Uno no imagina toda la fuerza que te aportan los hijos hasta que los tienes en los brazos. Para mí fue toda una experiencia ser responsable de recursos humanos en Centroamérica y negociar con líderes sindicales que me decían: ‘Señorita, mis hijas son mayores que usted’. Sin embargo, a los 28 años me preguntaba si el resto de mi vida sería andar en medio de juntas, aviones y reportes. Algo me dijo que si seguía por ahí, mi vida personal iba a quedar relegada a segundo plano para siempre”.
Y así salió del mundo ejecutivo…
Pero tres años después regresó imponiéndose un esquema basado en dos principios: “Trabajar en un lugar que esté a menos de 15 minutos de mi casa y que no me demande 24 horas por 7 días como antes, porque tengo hijos qué atender”.
“Yo tenía muy claro que quería una vida personal, pero también tenía mucha energía para trabajar. Desde niña vi que mis padres estaban unidos, los dos trabajaban. Así fue como tomé la decisión de buscar las dos cosas. Fue un poco difícil porque en México las empresas no están acostumbradas al medio tiempo. Dejé pasar muchas opciones tentadoras para mi ego y con el paso del tiempo llegué a una empresa, donde hay un conjunto de valores de equidad de género que son políticas y prácticas diarias. Eso me permite, por ejemplo, comer todos los días con mis hijos y trabajar en casa, siempre y cuando –claro- entregue resultados”.
En febrero de 2008 Carolina llegó a Kraft Foods y fue la empresa donde, según sus palabras, encontró el fit o acoplamiento a lo que buscaba. Durante tres años consecutivos, la empresa ha sido certificada por el Instituto Nacional de las Mujeres como modelo en equidad de género y al interior existen programas como Red de Mujeres cuya meta es atraer y retener al mejor talento femenino.
“Yo hoy me mido por resultados, no por horario. Me impuse a mí misma dar resultados y demostré que sí se puede. Algunas mujeres en América Latina aceptan condiciones desventajosas para su vida personal por un concepto mal entendido de sacrificio. Eso es algo que hemos cambiado aquí.
“En algunos lugares es poco comprensible cuando una mujer ejecutiva les dice que no aspira a ocupar los cargos más altos sino a aportar lo mejor para la empresa, pero sin descuidar su vida personal.
“Eso en Kraft foods se ha entendido bien; es una bandera muy fuerte y un cambio de cultura. Aquí no hay juntas después de las cuatro de la tarde y se busca armar equipos que tengan balance en su vida. Sólo así se desarrolla lealtad y compromiso con la empresa. Yo hoy siento que aquí sí logré el fit completo entre éxito profesional y personal”, comenta Carolina, iluminada por una ventana que mira a las colinas que ocultan el Valle de las Monjas, el bosque más cercano a los edificios corporativos de Santa Fe, donde se encuentra ubicada su empresa.
En México el 53% de la fuerza laboral está integrada por mujeres, según la última Encuesta Nacional de Empleo. Hoy, prácticamente en todos los hogares, de uno o dos padres, se recibe un ingreso aportado por una mujer. Desafortunadamente no abundan para nosotras las facilidades para encontrar empleo en un lugar que nos dé la posibilidad de compaginar de forma balanceada la vida personal y profesional.
Atender esta necesidad de que las mujeres puedan crecer al mismo tiempo en lo laboral y lo familiar fue uno de los indicadores que ha contribuido para que Kraft Foods sea considerada como una de las mejores empresas para trabajar en México, obteniendo en el 2010 el primer lugar y manteniéndose durante el 2011 dentro de las 5 primeras posiciones, de acuerdo con la Encuesta Top Companies.
Un dato revelador es el derivado de un estudio del Observatorio de Maternidad en Argentina, que reportó que 15 % de las mujeres latinoamericanas dejan de trabajar al tener su primer hijo y 45 % se ve obligada a renunciar al tener el tercero.