¿Se puede amar a dos personas a la vez?

Ante la pregunta que se plantea como título a este texto se podrían dar muchas respuestas. En primer lugar, deberíamos poder aclarar a qué tipo de amor nos referimos (maternal, paternal, fraternal, de pareja, etc.). En la gran mayoría de los casos cuando a alguien se le pregunta si puede amar a sus dos hijos al mismo tiempo, seguramente responderá que sí. Es decir, ese amor maternal o paternal es susceptible de ser compartido entre dos o más hijos ante los ojos de cualquier persona, por lo general. Por otro lado, si a un grupo de gente se le pregunta si puede amar a su hermano y a su madre al mismo tiempo también es posible que la mayoría de los individuos en ese grupo contesten afirmativamente, por lo que podríamos decir que estos dos tipos de amor, el maternal y el fraternal, pueden coexistir. Entonces, ¿por qué la pregunta acerca de si podemos amar a dos personas a la vez? La duda surge cuando a ese amor le ponemos la etiqueta de amor de pareja. He ahí la cuestión.

El cine, la literatura, el teatro, la danza e, incluso, artes más abstractas como la pintura y la escultura han tenido como tema esa pregunta que nos hacemos aquí, ¿podemos amar románticamente, como pareja, a dos personas al mismo tiempo? Si durante toda la historia de nuestra especie nos hemos cuestionado esto, es sin lugar a dudas porque el terreno que se pisa es accidentado al tratar de responder a esta pregunta. Por lo tanto, tenemos que comenzar analizando qué implica el “amar”. En todos sus tipos amar implica interesarse por la otra persona, desear y buscar su bienestar, protegerle de los peligros, aconsejarle, acompañarle y anhelar su compañía. Si este amor es completo, y no únicamente una idealización, este amor también implicaría poder enojarse y reconciliarse con esa persona, reconocer sus defectos, aceptar sus errores, tolerar la distancia que a veces requiere (o que uno mismo requiere) y discordar. En realidad el amor, y he ahí la diferencia con el enamoramiento, implica relacionarse con una persona de manera completa y global, es decir, en lo bueno y en lo malo.

Al hablar del amor de pareja entra en juego el factor más polémico: el erotismo. Hay quienes dirían (y probablemente estén mintiendo) que ellos cuando aman no desean o gustan de observar de forma erótica a otras personas que no sean su pareja. Amar a una pareja no implica que nuestros deseos eróticos por otros deban desaparecer. Pero, y este es el gran “pero” que genera tanta confusión, tampoco tener deseos eróticos por una persona es sinónimo de amarla. Podemos desear mucho a alguien y no, precisamente, amar a esa persona. Incluso, se pueden tener relaciones sexuales con una persona que se desea mucho y, aún así, no amarla. El deseo no es sinónimo de amor.

En conclusión, amar a la pareja sería relacionarse por completo con él/ella e interesarse por él/ella y su bienestar de manera total, además de tener deseos eróticos hacia esa persona. Si alguien se relacionara con dos parejas a la vez hipotéticamente estaría dificultando, en gran medida, el poder cumplir con lo que hasta ahora hemos dicho. Además, si amase a dos personas a la vez, potencialmente, le causaría sufrimiento a la persona que ama, debido a la situación de infidelidad (a la pareja original) y de ilegitimidad de la relación (a la segunda pareja). Aunque no existiera un lazo oficial con ninguna de las dos personas estaría también rehuyendo de la fortaleza del lazo que implica el amor. Sin lugar a dudas, “amar” a dos personas a la vez provoca una gran cantidad de complicaciones emocionales.

Quien esté en la situación de sentirse enamorado de dos personas a la vez debe preguntarse qué es exactamente lo que siente por cada una de ellas, qué funciones cumplen cada una de las relaciones. Y la pregunta más importante: ¿Puede relacionarse por completo con alguien si al mismo tiempo está con otra persona?