La Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONU-Agua han alertado hoy de las carencias de los sistemas de saneamiento y suministro de agua potable y han pedido que se aumente urgentemente la inversión para mejorarlos.
La convocatoria coincide con la Semana Mundial del Agua, que se celebra del 25 al 30 de agosto de este año, y con la conferencia internacional anual del sector del agua, y se fundamenta en un nuevo informe publicado por la OMS en nombre de ONU-Agua, en el cual se informa de que la debilidad de los sistemas de gobierno y la falta de recursos humanos y económicos están comprometiendo el saneamiento y el suministro de agua potable en los países más pobres del mundo, minando así los esfuerzos realizados para que todas las personas reciban atención sanitaria.El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, explica: «Hay demasiadas personas que no disponen de agua para beber no contaminada, retretes e instalaciones para lavarse las manos. Esta carencia les expone a infecciones letales y obstaculiza los progresos de la salud pública. Los servicios de agua y saneamiento no sólo contribuyen a la salud de las personas y a salvarles la vida, sino que son fundamentales para que nuestras sociedades sean más estables, prósperas y seguras. Todos los países que carecen de infraestructuras básicas de agua y saneamiento deben dedicar fondos y recursos humanos para desarrollarlos y mantenerlos«.
ONU-Agua ha realizado en 2019 un nuevo informe GLAAS que resumen el análisis y la evaluación mundiales sobre saneamiento y agua potable y que ha incluido a 115 países y territorios donde viven 4,500 millones de personas. Los resultados indican que, en una abrumadora mayoría de los países, los recursos humanos y financieros son insuficientes y dificultan la ejecución de los planes y las políticas de agua, saneamiento e higiene. Diecinueve países y un territorio informaron de que los fondos de que disponen son inferiores al 40% de la cifra requerida para satisfacer las necesidades detectadas. Además, menos del 15% de los países cuentan con los recursos humanos o financieros que permitirían aplicar plenamente sus planes.
Gilbert F. Houngbo, presidente de ONU-Agua y del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, considera que «para forjar una sociedad más estable, sana y equitativa debemos establecer como una de nuestras máximas prioridades el fortalecimiento de los sistemas para ofrecer servicios de agua, saneamiento e higiene seguros y asequibles a todos aquellos que, todavía hoy, no tienen acceso a ellos. Debemos velar porque se movilicen suficientes fondos para hacer frente a estos problemas críticos, pero es igualmente importante continuar reforzando los sistemas nacionales de suministro«.
Aunque los déficits de financiamiento y la debilidad de los sistemas están frenando a muchos países, en el informe se señala también que muchos otros han empezado a adoptar medidas adecuadas para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 relativo al agua y el saneamiento.
David Molefha, jefe de ingeniería hidráulica en el Ministerio de Gestión del Suelo y Servicios de Agua y Saneamiento de Botswana, explica que «los Objetivos de Desarrollo Sostenible nos han inspirado para adoptar medidas concretas a nivel nacional con el fin de aumentar el acceso al saneamiento. Hemos elaborado un plan específico y estamos trabajando para eliminar la defecación al aire libre. Todo ello contribuirá a mejorar la vida de las personas«.
Cerca de la mitad de los países encuestados han fijado metas en materia de agua potable a fin de alcanzar la cobertura sanitaria universal de estos servicios en 2030 con un nivel superior al básico. Con ese fin se trabaja, por ejemplo, para mejorar la calidad del agua y aumentar los puntos de suministro en los locales y las instalaciones. Cabe señalar, además, que reducir la defecación al aire libre tendrá efectos enormemente positivos en la salud pública y en la higiene del medio ambiente.
En su calidad de autoridad internacional en materia de salud pública y de agua, saneamiento e higiene, la OMS reúne pruebas científicas, establece normas y supervisa su aplicación, y promueve políticas y prácticas correctas para que todas las personas tengan acceso a servicios seguros y fiables de agua, saneamiento e higiene[.]