La Organización Mundial de la Salud determina a la epilepsia como una afección crónica con crisis recurrentes, debidas a una descarga eléctrica a nivel cerebral.
Así lo informó en conferencia de prensa la Dra. Verónica Martínez; médico cirujano del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, quien señaló que esta enfermedad se ha visto de muchas maneras a lo largo del tiempo. “Antes era vista como un fenómeno sobrenatural por el tipo de crisis que presenta el paciente; en creencias religiosas la determinan como una posesión existen muchos lugares alrededor del mundo donde la epilepsia sigue siendo estigmatizada”.
Destacó que para hablar de primeros auxilios debe tomarse en cuenta no sólo el momento de la crisis, también las etapas previas, posteriores y el periodo de recuperación.
Antes de la crisis
Es necesario valorar los factores desencadenantes, como desvelos, consumo de alcohol, toma de algunos medicamentos, algunas enfermedades, estrés y cualquier cosa que desencadene una crisis a pesar del medicamento que se utiliza.
Se debe observar automatismos y movimientos que pudiera realizar el paciente antes de una crisis; ejemplos de estos pueden ser chupeteos u otras señales físicas.
Aura: donde el paciente informa por medio de ansiedad, temor, sudoración o taquicardia si es que va a presentar una crisis.
Durante la crisis
Es importante observar extremidades, la forma de que se colocan brazos y piernas, la posición de la cabeza, dirección en la que están los ojos, cuidar la lengua (muchos pacientes se muerden), y la relajación de esfínteres.
Periodo de recuperación
El periodo de recuperación indica el tiempo que tarda el paciente en recuperarse y terminar la crisis. “Tenemos que vigilar si la crisis termina, pasan pocos minutos y comienza nuevamente”, indicó la especialista.
Además, la Dra. Verónica Martínez expuso ejemplos de lo que debemos tener siempre en cuenta si estamos al cuidado de un familiar con epilepsia al momento de una crisis.
Lo que no debemos hacer
- Entrar en pánico.
- No introducir nada a la boca (podríamos provocar asfixia).
- No se debe sujetar al paciente (se debe dejar que tenga la crisis).
- No hay manera de detener la crisis. Hay que dejarla terminar.
- No debemos administrar medicamentos durante la crisis.
Lo que SÍ debemos hacer
- Mantener la calma. Eso nos permitirán acciones buenas y concretas.
- Encontrar un lugar seguro, tanto para mí como para el familiar con epilepsia para que pueda tener la crisis sin el riesgo de lesionarse.
- Colocar algo blando debajo de la cabeza, porque pudiera presentar golpes durante la crisis.
- Cesando la crisis hay que colocar al paciente de costado de lado izquierdo para que hay una siguiente crisis evitar cualquier ahogamiento.
- Verificar la respiración (Esto dará la pauta de llamar al médico o solicitar un servicio de emergencia).
- Vigilar la recuperación para saber: tiempo de duración, características, si hay indicios de una nueva crisis.
“En algunas ocasiones tenemos testigos u otros familiares que nos pueden apoyar. Es ahí donde la tercera persona puede realizar acciones que nos ayudarán tanto al paciente como al médico; si es posible, es recomendable grabar un video que posteriormente mostremos al médico; así como una bitácora de crisis para el mismo fin”, explicó.
¿Cómo sé si debo acudir con el médico?
• Si se presentan más de cinco minutos de crisis.
• Si el comienzo de otro ataque es inmediatamente posterior al previo.
• Si hay dificultad para respirar.
• Que no se recupera de una crisis.
• Los movimientos son distintos a los momentos previos.
Se debe acudir a los servicios de emergencia cuando…
Son ataques prolongados en donde se tiene un estatus epiléptico en donde se dan crisis continuas y el paciente no recupera.
Por último, la especialista recalcó que no todas las crisis requieren un sistema de emergencia pero es necesario ubicar el hospital más cercano en caso de que debamos utilizar sus servicios.
