Cuando una persona es diagnosticada con cáncer de tiroides, numerosas preguntas surgen tanto en el paciente como en la familia. ¿Cómo se trata?, ¿Es siempre necesario extirpar la tiroides?, ¿Cómo funciona el tratamiento con yodo cuando se lo usa?. El Dr. John Morris III, experto en Endocrinología de Mayo Clinic aclara algunas de las dudas más frecuentes.
“Las hormonas tiroideas repercuten sobre muchas células del cuerpo: mantienen la velocidad con la que el cuerpo consume grasas y carbohidratos, ayudan a controlar la temperatura corporal, ayudan a regular la cantidad de calcio en la sangre, afectan el funcionamiento del sistema nervioso e influyen sobre la frecuencia cardíaca”, expone el Dr. Morris III.Según el experto, este tipo de cáncer no es común, pero cuando se lo descubre, la mayoría de los casos son curables. La cirugía para extirpar parte o toda la tiroides, procedimiento conocido como tiroidectomía, suele ser el primer paso en el tratamiento.
La tiroidectomía normalmente implica hacer una incisión en el centro del cuello para ingresar directamente a la tiroides. Además de extirparla, cuando se sabe o se sospecha que el cáncer se ha diseminado fuera de la misma, el cirujano puede también extraer los ganglios linfáticos cercanos. Luego, se revisa la presencia de células cancerosas en esos ganglios linfáticos. Un examen ecográfico del cuello realizado antes de la cirugía puede ayudar a los médicos a determinar si es necesario extirpar los ganglios linfáticos.
Cuando el cáncer se descubre en las primeras etapas y es de tamaño muy pequeño, posiblemente solo sea necesario extirpar un lado o lóbulo de la tiroides y dejar el resto en su sitio. En ese caso, la glándula todavía podrá funcionar y producir hormonas.
“Incluso, en el carcinoma papilar tiroideo pequeño (menos de 1 cm de diámetro y totalmente confinado a la glándula en el examen por ecografía), tal vez sería razonable evitar la cirugía y controlarlo periódicamente sin tratamiento”, explica el especialista en Endocrinología. Eso se conoce como ‘vigilancia’ y requiere que todos los años se hagan exámenes por imágenes de la tiroides con una ecografía de alta calidad. “Esos carcinomas tiroideos pequeños tienen bajo riesgo de avance, especialmente en las personas mayores de 60 años”, especifica.
Cuando se extirpa toda la glándula, es necesario administrar terapia hormonal durante el resto de la vida, para reemplazar a las que produce el organismo de manera natural y regular el metabolismo corporal. Además, el medicamento también suprime la producción de la hormona estimulante de la tiroides, o TSH, por parte de la glándula pituitaria. Eso ayuda porque existe la probabilidad de que la TSH en niveles altos pueda fomentar el crecimiento de cualquier célula cancerosa restante.
“Cuando se descubre en sus últimas etapas y si es un tipo más agresivo de cáncer, o si reapareció después de un tratamiento anterior, entonces se puede recomendar la terapia con yodo radioactivo después de la extirpación de la glándula, para destruir cualquier célula cancerosa”, aclara el Dr. Morris III.
El yodo radioactivo viene en cápsula o en líquido para tragar. La terapia funciona porque las células tiroideas absorben naturalmente el yodo, de manera que cuando el medicamento es absorbido por ellas o el carcinoma tiroideo, la radioactividad destruye esas células. Debido a que la glándula es el principal lugar de absorción del yodo en el cuerpo, este tratamiento conlleva poco riesgo de dañar otras células. Después, el yodo radioactivo sale del cuerpo a través de la orina.
Cuando el cáncer de la tiroides no se cura con la combinación de cirugía y terapia con yodo radioactivo, entonces puede requerirse quimioterapia, radioterapia externa u otro tratamiento. Afortunadamente, de acuerdo con el experto de Mayo Clinic, “la cirugía cura la mayoría de los casos de cáncer de la tiroides y el pronóstico a largo plazo después del procedimiento es excelente”.