noviembre 19, 2024

Lo que debes conocer del ritmo de tu corazón y la fibrilación auricular

Acercamiento a las manos de un doctor que sostiene estetoscopio y corazón rojo con electrocardiograma
Plenilunia Salud Mujer
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De acuerdo con los datos disponibles se estima que 1% de la población en México padece fibrilación auricular (Afib por las siglas en inglés de Atrial fibrillation), una enfermedad que hace que el sistema eléctrico del corazón se descontrole provocando una disminución de la circulación sanguínea y un ritmo cardíaco irregular o arritmia. De acuerdo con Robert Cubeddu, jefe del departamento de cardiología de Cleveland Clinic Florida y cardiólogo intervencionista de Cleveland Clinic Florida, esta cifra se elevará en los próximos años por el envejecimiento de la población y factores de riesgo como la hipertensión, diabetes, triglicéridos y obesidad.

Acercamiento a las manos de un doctor que sostiene estetoscopio y corazón rojo con electrocardiograma

El ritmo cardíaco promedio varía entre 60 y 100 pulsaciones por minuto, pero para alguien con Afib, este promedio puede variar entre 100 y 175.

Para el especialista algunas personas viven con este padecimiento por años sin saberlo. Sin embargo, los síntomas generalmente incluyen:
  • palpitaciones,
  • fatiga,
  • dificultad para respirar,
  • y molestias o presión en el pecho.

Afib se desencadena por una dirección errónea del ritmo eléctrico del corazón. Los impulsos rápidos se disparan simultáneamente, causando un ritmo irregular en las aurículas o en las cámaras superiores del corazón”, explicó Robert Cubeddu. Debido a que los impulsos eléctricos son caóticos, ahondó, las aurículas no pueden contraerse e irrigar la sangre de manera efectiva hacia los ventrículos (cámaras inferiores del corazón). Esto reduce la capacidad de bombeo del corazón, lo que aumenta el riesgo de coágulos de sangre, lo que puede provocar un derrame cerebral u otras complicaciones.

La disminución de la capacidad de bombeo y la irregularidad también pueden hacer que el corazón funcione de manera menos eficiente. “Durante un período prolongado, Afib puede debilitar significativamente el corazón e incluso provocar insuficiencia cardíaca”, advirtió el especialista.

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Los tratamientos se enfocan en recuperar un ritmo cardíaco normal, controlar la frecuencia cardíaca y prevenir la formación de coágulos sanguíneos para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. Estos generalmente comienzan con cambios en el estilo de vida y medicamentos.

Sin embargo, es posible que los medicamentos no recuperen la frecuencia cardíaca normal, y los anticoagulantes no son bien tolerados por todos. En este caso, un procedimiento puede ser necesario. “La investigación ha respaldado el desarrollo de opciones de tratamiento Afib avanzadas“, comentó José Baez-Escudero, MD, electrofisiólogo cardíaco jefe de Cleveland Clinic Florida.

Existen varias técnicas innovadoras, como la cardioversión eléctrica, la ablación con catéter, la terapia con dispositivos y la ablación quirúrgica. La mejor opción depende del ritmo cardíaco y los síntomas del paciente, así como también del tiempo.

La cardioversión eléctrica consiste en administrar una descarga eléctrica para interrumpir el ritmo cardíaco irregular. La ablación implica un mapeo eléctrico del corazón para determinar los orígenes de la actividad eléctrica irregular. Luego se usa un catéter para suministrar energía a esas áreas, restaurando el ritmo cardíaco normal. La terapia con dispositivos es otra opción que implica la colocación de un marcapasos o desfibrilador cardioversor (ICD) que envía pequeños impulsos eléctricos al músculo cardíaco para mantener una frecuencia cardíaca normal.

Afib es responsable de aproximadamente el 15% de todos los accidentes cerebrovasculares. Cuando un paciente tiene Afib, los impulsos eléctricos irregulares impiden que la sangre se exprima completamente de las aurículas. La sangre se acumula en el apéndice auricular izquierdo (LAA), formando coágulos que pueden causar un derrame cerebral. Para aquellas personas con Afib que tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, hay otras alternativas disponibles para cerrar el LAA. “El dispositivo WATCHMAN  es un dispositivo autoexpansible que sella el LAA, evitando que libere coágulos. Se implanta a través de la piel en el laboratorio de electrofisiología”, detalló el Dr. Cubeddu.

Imagen cortesía de lev dolgachov
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