Pero por razones que no se comprenden del todo, el virus puede reactivarse años más tarde, causando esta enfermedad, la cual también se conoce como culebrilla.
Este padecimiento se manifiesta a través de una dolorosa erupción cutánea o sarpullido que típicamente afecta a una mitad del cuerpo o de la cara. De uno a cinco días antes de la aparición de la erupción es frecuente que la persona experimente dolor, picazón y cosquilleos. La erupción se caracteriza por la formación de ampollas que después de siete a diez días forman costras, y suelen desaparecer entre las dos y cuatro semanas posteriores.
Cualquier persona que haya sufrido varicela puede desarrollar herpes zoster, incluso los niños. Aun así, el riesgo de desarrollarla se incrementa con la edad, a tal punto que la mitad de los casos ocurren en hombres y mujeres mayores de 60 años. Sin embargo, el riesgo de la enfermedad aumenta con la edad. Cerca de la mitad de los casos de culebrilla se presentan en hombres y mujeres de 60 años o más.
Quienes tienen un mayor riesgo de sufrir la enfermedad, son las personas cuyo sistema inmunológico se encuentra comprometido, como es el caso de quienes padecen ciertos tipos de cáncer como la leucemia y el linfoma, están infectados con el VIH o se encuentran recibiendo fármacos inmunosupresores como los esteroides o fármacos utilizados en las personas que han recibido un trasplante de órganos.
¿Qué tan frecuente es?
Estadísticas de los Estados Unidos señalan que el herpes zoster afectará a casi una de cada tres personas en algún momento de su vida. Se estima que se produce un millón de casos cada año.
En la mayoría de las personas, el herpes zoster se manifiesta como un solo episodio en sus vidas, aunque en algunos casos más raros pueden producirse un segundo y hasta un tercer episodio.
¿Cómo se contagia?
El virus se transmite de persona a persona. A través del contacto con el fluido que contienen las ampollas; las personas infectadas con el virus sólo pueden transmitirlo durante la fase activa de la enfermedad (durante la erupción). Las personas con herpes zoster (en fase activa) presentan un riesgo menor de transmitir el virus que las personas con varicela, y este riesgo puede disminuirse en gran medida si las zonas afectadas con la erupción son cubiertas.
Tratamiento
Distintos fármacos antivirales se utilizan en el tratamiento del herpes zoster, con el objetivo de acortar y recudir la severidad de sus síntomas. Pero sólo son efectivos si son administrados antes de que aparezca la erupción. El uso de analgésicos, compresas húmedas, lociones de calamina y baños calmantes a base de avena coloidal también se emplean para aliviar el dolor y la picazón.
La vacunación es la única manera de reducir el riesgo de contraer culebrilla y los dolores duraderos que pueden sobrevenir después de la enfermedad. El uso de la vacuna contra herpes zoster está recomendado en las personas mayores de 60 años, incluso en aquellas que han sufrido ya un episodio de herpes zoster. El uso de la vacuna también está aprobado para personas de entre 50 y 59 años.
Referencias
- Información proporcionada por MSD. FACT SHEET – HERPES ZOSTER.