El cáncer de colon y recto cuenta con una de las más altas tasas de prevalencia (acumulación de enfermos) en el mundo, sólo por debajo del cáncer de mama, estimada en 2.8 millones de personas diagnosticadas a nivel global en los últimos cinco años.
Conocido como cáncer colorrectal, porque se desarrolla en el intestino grueso y en el recto, se desarrolla a partir de pequeñas inflamaciones que crecen en forma de “champiñones” a los que se denomina pólipos; éstos, al contacto incesante con las heces fecales pueden desarrollarse como tumores malignos o cancerosos.
Los pólipos cuando se detectan de forma temprana, se retiran fácilmente a partir de una colonoscopía, cauterizándose con rayo láser; el problema es que el surgimiento de pólipos no tiene síntomas y cuando los hay, estos se confunden con enfermedades como colitis, hemorroides o gastritis, pero regularmente esto sucede cuando ya es demasiado tarde y el tumor ya está en fase avanzada.
En México se estima que durante 2009 se diagnosticarán diariamente 17 nuevos pacientes de cáncer colorrectal, pero también morirán 10 cada día, porque más del 60% habrán acudido con el especialista cuando ya presentaba los síntomas fatales, algunos de ellos son:
• Pérdida de peso inexplicable.
• Dolor permanente de abdomen o recto.
• Una sensación de no haber vaciado adecuadamente el colon después de un simple movimiento intestinal.
• Aumento de gas en el abdomen, como si constantemente se estuviera lleno.
• Presencia de sangre en heces.
“El pronóstico de estos pacientes depende principalmente de la etapa en la cual se realiza el diagnóstico, pues la mayoría de las veces es en fase avanzada y sin oportunidad de curación”, indica la Dra. Laura Torrecillas, jefa de la Sección de Quimioterapia del Servicio de Oncología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE.
“Si bien el pronóstico de su tratamiento también dependerá de factores genéticos, lo que será definitivo para controlar la enfermedad, aunque ya hay un avance muy importante en las terapias médicas”.
Como de inicio no hay síntomas y el pólipo se convierte en tumor, frecuentemente este cáncer se disemina por otras partes del cuerpo antes de que sea detectado, a lo cual se le conoce como cáncer colorrectal metastásico o avanzado.
El cáncer colorrectal, como otros, se le asocia a factores hereditarios entre los que sobresale un grupo conocido como polipósis múltiple familiar, ampliamente estudiado en México a nivel de protocolos clínicos, pero también destacan factores de riesgo como alto consumo de alimentos grasosos y con poca ingesta de fibra, obesidad y sobrepeso, tabaquismo y alcoholismo, así como falta de actividad física programada o ejercicio.
Para su atención se requiere de cirugía, que dispone de la resección o retiro del órgano o las partes afectadas de éste, así como quimioterapia y radiación, a lo cual hoy en día se suman medicamentos biológicos y adyuvantes, entre los que destaca incluso una quimioterapia oral desarrollada por Roche.