La ebriorexia, es un trastorno que engloba problemas de alcoholismo y de conducta alimentaria, es decir, se ingiere alcohol sin acompañarlo de alimentos para evitar consumir calorías de más, por lo regular se presenta en jóvenes de entre 17 y 24 años de edad, con mayor prevalencia en mujeres.
La psicóloga de la Clínica de Obesidad del Hospital General de México (HGM) “Eduardo Liceaga“, Tania Villa, informó lo anterior al detallar que las personas con alcoholismo tienen temporadas de anorexia y bulimia durante la semana, para contrarrestar el abuso de alcohol los sábados y domingos.
El principal factor de riesgo para presentar ebriorexia es la búsqueda de pertenencia y la definición de la identidad, además de la presión social que sienten para adquirir una figura que consideran ideal y se asemeja a las de las mujeres que aparecen en televisión. Por esta causa, los jóvenes se restringen en el consumo de alimentos y calorías.
La especialista subrayó que en México el consumo de alcohol es explosivo, esto es, se puede no ingerir bebidas alcohólicas de lunes a viernes, pero el fin de semana las consumen en exceso y no las acompañan de alimentos, sobre todo grasos, y agua para evitar la deshidratación.
“Mientras menos alimentos hay en el estómago, es más fácil que se produzcan afectaciones. Las bebidas alcohólicas provocan daños más tempranos hasta en el 60% del organismo de las mujeres que en el de los hombres, principalmente en hígado y corazón, y al dejar de consumir alimentos, la lesión se potencia”, añadió.
Hizo énfasis en que hay áreas del cerebro que terminan de desarrollarse a los 25 años, permitiendo a las personas tomar decisiones y medir los riesgos que conlleva la ingesta excesiva de alcohol.
Cuando se bebe a edades tempranas, se dañan esas áreas cerebrales que les impide tomar decisiones adecuadas, se vuelven adolescentes eternos, y no es que no quieran dejar este tipo de conductas, sino que no pueden.
Este padecimiento se puede prevenir al evitar que los más pequeños prueben bebidas alcohólicas con permiso de los padres, y que esas bebidas estén a su alcance en todas las convivencias familiares o de socialización.
Finalmente, Tania Villa dijo que la ebriorexia se puede detener con un tratamiento multidisciplinario, a través de terapias cognitivo-conductuales donde se determinan las conductas, personas, emociones y situaciones están ligadas con este tipo de distorsión en los consumos, con ello sugerir el cambio en los estilos de vida por ejemplo práctica de ejercicio, mayor consumo de agua, alimentación regulada y actividades sanas.