Durante la Conferencia Internacional en Medicina de Emergencias 2018, realizada del 6 al 9 de junio de 2018 en la Ciudad de México. los especialistas hicieron un llamado para que el infarto cerebral sea considerado un problema de salud pública en México que requiere atención inmediata.
Para ampliar el conocimiento sobre el infarto cerebral y promover un tratamiento oportuno y adecuado en México, la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia (SMME) realizó recientemente la Conferencia Internacional en Medicina de Emergencias (ICEM) 2018, la cual reunió a 1500 expertos y contó con el apoyo de la Federación Internacional de Medicina de Emergencia (IFEM), la Asociación Mexicana de Medicina de Enfermedad Vascular (AMEVASC), el Centro Nacional de Información para el Sistema de Atención de Llamadas de Emergencia 9-1-1 y la Iniciativa Angels.
Durante el evento el Dr. Jesús Daniel López Tapia, Presidente de la SMME, indicó que cada 6 segundos una persona fallece por infarto cerebral y 6 de cada 10 la presentará en algún momento de su vida, por lo que actualmente es la cuarta causa de muerte en población general y la segunda de demencia en México sólo después del Alzheimer [2].
Dijo que si bien se ha avanzado en su atención en el mundo, en México los casos se han incrementado en menores de 45 años de edad debido a la falta de políticas públicas que fomenten la reducción de factores de riesgo –como obesidad, diabetes mal tratada, hipertensión arterial y tabaquismo— y eviten la discapacidad y muerte prematura. “En comparación a otros miembros de la OCDE, nuestro país reporta las tasas de mortalidad más elevadas a 30 días del ingreso por infarto cerebral isquémico en un hospital (19.2 por cada 100 admisiones) cuando el promedio es de 8.2 [3]”.
Por ello, “la realización de foros educativos y científicos como el ICEM es crucial para buscar soluciones ante los retos que representa el manejo el manejo del infarto cerebral y la relevancia del trabajo conjunto entre actores clave para homologar criterios y procedimientos terapéuticos en alguna de sus 2 modalidades:
- isquémico (cuando un coágulo tapa una arteria en el cerebro interrumpiendo el flujo sanguíneo)
- o hemorrágico (cuando la arteria se rompe dentro de la cavidad craneal)”, explicó.
En ese sentido, destacó que el desafío para México está en estandarizar el modelo de atención prehospitalario y hospitalario en los servicios de emergencia: “El infarto cerebral isquémico, por ejemplo, es tiempo-dependiente, por lo que existe una ventana terapéutica de 4 horas y media en la que el paciente puede recibir el tratamiento trombolítico que deshaga el coágulo y reduzca tanto la discapacidad y evite otros gastos catastróficos para él y su familia”.
El Dr. López Tapia comentó que, lamentablemente, hoy en día 70% de quienes presentan alta sospecha de infarto cerebral llegan al hospital tarde y por sus propios medios y, ya estando ahí, resulta que el centro de salud no cuenta con un tomógrafo para el diagnóstico preciso, con terapia de reperfusión ni personal capacitado para suministrarla. “De modo que por cada minuto que pasa, el cerebro pierde cientos de neuronas, dejando al paciente con secuelas graves que se traducen en pérdida de la movilidad, visión, lenguaje y disminución de la capacidad intelectual [4]”.
Para generar conciencia en la población sobre el infarto cerebral, el Dr. Luis Daniel Sánchez Arreola, urgenciólogo y Asesor Médico del 9-1-1, señaló que un primer paso muy importante fue el reciente lanzamiento de CAMALEÓN, campaña de promoción a la salud para el reconocimiento de los signos y síntomas.
A través del acrónimo:
- CAra, debilidad en la mitad del rostro.
- MAno, pérdida de la capacidad para levantar alguna extremidad.
- LEnguaje, imposibilidad de pronunciar palabras.
- ON
La campaña indica al paciente o a su familiar cómo detectar posibles síntomas y contactar de inmediato al número de emergencia 9-1-1 para que una ambulancia atienda a la persona y lo traslade al hospital más calificado para brindarle una atención adecuada. “Desde el inicio de operaciones, en enero del 2017, el 9-1-1 ha recibido más de 112 millones de llamadas de emergencia, de las cuales cerca de 170 mil correspondieron a incidentes con sospecha de eventos cerebrovasculares”.
Incluso, como parte de los esfuerzos para optimizar el tratamiento de la enfermedad en su fase aguda, apuntó que se pretende reducir a máximo 1 hora el lapso que transcurre desde que un paciente potencial activa el protocolo 9-1-1, llega la ambulancia, se estabiliza a la persona y es transportada de forma prioritaria a un centro hospitalario para recibir atención médica especializada. “La idea es consolidar una atención oportuna e integral de la persona con un infarto cerebral desde antes de su llegada al hospital, pues cada 30 minutos alguien muere o queda con discapacidad permanente porque no recibió tratamiento, éste le fue aplicado tarde o de forma equivocada”, comentó el urgenciólogo como parte de los aspectos más relevantes considerados dentro de los temas del primer curso para la atención del infarto cerebral al personal prehospitalario dentro de los trabajos del ICEM.
Ante esa situación, desde el año 2016 surgió, a nivel mundial, una iniciativa llamada “Angels”, que es parte de un programa que agrega valor al tratamiento holístico de la EVC al estandarizar procesos de trabajo en los hospitales que reciben pacientes, los cuales incluyen capacitación personalizada al equipo multidisciplinario, programas de educación a la comunidad y plataformas digitales en pro de la accesibilidad a la atención oportuna en el menor tiempo posible.
“Esta iniciativa está presente en 41 países en tres continentes del mundo: Europa, Asia y América, y su objetivo a nivel mundial es alcanzar a 1,500 hospitales y ofrecer esperanza a quienes lleguen a estos centros de excelencia. En ese sentido, estamos muy orgullosos de que México haya sido el primer país en implementar nuestra filosofía y metodología”, comentó Patrick Goldstein, representante de Angels en Francia.
Por su parte, el Dr. Christian Valencia Pineda, representante de la Iniciativa Angels en México, sostuvo que “a partir del trabajo conjunto la SMME, la AMEVASC y nosotros, hemos puesto en operación una estrategia con la cual detectamos la más grande red hospitalaria de instituciones pública y privadas en el país que cuentan con sala de emergencias, tomógrafos en funcionamiento, entrenamiento a médicos y personal de salud en la interpretación de estudios diagnósticos y la terapia de reperfusión para restablecer la circulación de la arteria ocluida en caso de infarto cerebral isquémico agudo. Hoy tenemos 81 hospitales y esperamos que para 2019 este número se eleve a 174”, agregó.
En tanto, el Dr. Fernando Góngora Rivera, Presidente de AMEVASC, Neurólogo Vascular y Jefe de la Unidad de Cuidados Neurovasculares del Hospital Universitario “José Eleuterio González” de la Universidad Autónoma de Nuevo León, hizo un llamado a las autoridades para que el infarto cerebral tenga la relevancia que requiere en el sistema de salud mexicano, sobre todo ahora que el país tendrá una nueva administración. “Si bien ha habido avances en la forma en que se atiende la enfermedad en México, es indispensable que esfuerzos como la aprobación de la Norma Oficial Mexicana, que integra procedimientos universales para su manejo y acreditación de centros médicos, sea una realidad”.
Finalmente, los especialistas coincidieron en que la atención del infarto cerebral requiere de la voluntad de todos los involucrados:
- industria
- gobierno
- profesionales de la salud y sociedad
Pues cada minuto que pasa pude hacer la diferencia entre la vida o la muerte de un ser humano. “Nuestra misión es optimizar los cuidados para ofrecer a los pacientes una segunda oportunidad para seguir viviendo”, concluyeron.