En un verdadero problema de salud pública a nivel mundial se ha convertido el caso de cientos de miles de prótesis mamarias PIP provenientes de Francia que resultaron de mala calidad y que ahora deben ser ubicados y, de ser necesario, extraídos a las mujeres que les fueron implantados.
La autoridad sanitaria en México, la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), informó que ya trabaja con la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (AMCPER) para determinar el universo de mujeres que les fueron implantadas estas prótesis. Mikel Arriola, titular de Cofepris, calcula que en este mismo mes deberán tener ya los datos de cuantas mujeres en el país les fueron colocados estos implantes.
Estos implantes mamarios defectuosos, conocidos como PIP, son producidos por la compañía francesa Poly Implant Prosthesis (PIP) que en la última década se convirtieron en los segundos más vendidos en el mundo por ser los más baratos.
El problema, alerta el Dr. Giovanni Betti, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, en el Hospital Ángeles de las Lomas, es que están rellenos de un silicón industrial que no tiene el grado médico requerido para evitar la contaminación al introducirse en el cuerpo humano. Aparte, si un buen implante tiene un porcentaje de ruptura a 10 años de 0.5 a 1%, se encontró que en los implantes PIP a los tres años el porcentaje de ruptura es de 9 a 12 por ciento.
Las autoridades sanitarias de Alemania están recomendando extraer todos los implantes PIP que se hayan colocado, que se calcula fueron cerca de 500,000 en todo el mundo, y en otros países como Venezuela y Perú los gobiernos están cubriendo el gasto de la operación a las mujeres que acepten retirarse dichos implantes.
En la actualidad las mujeres que recurren al cirujano plástico para mejorar su cuerpo son cada vez más. México ocupa el tercer lugar a nivel mundial con 85,099 cirugías de aumento mamario reportadas en el 2010 que representan 5.6% de las realizadas en todo el mundo, conforme las últimas estadísticas emitidas por la International Society of Aesthetic Plastic Surgery (ISAPS).
El médico consultado por Plenilunia, Giovanni Betti, quien es miembro titular de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva, informa que el país con mayor número de estas intervenciones es Estados Unidos que registra 336,648 implantes de seno, 22.3% del total mundial. Le sigue Brasil con 254,214 implantes representando 16.9% a nivel mundial.
Sin embargo la principal cirugía estética que se realiza tanto en México como en todo el mundo es la lipoescultura. “Tenemos reportados 99,824 procedimientos de lipoescultura al año”, señala el Dr Betti, quien aclara sin embargo que el número real es mayor porque aquí no se consideran las cirugías realizadas por ginecólogos, traumatólgos, médicos esteticistas y otros que no están certificados por la AMCPER, lo cual es derivado de la falta de una adecuada regulación de estos procedimientos que deberían hacerlos sólo médicos especializados y actualizados.
Esto implicará problemas para verificar qué mujeres recibieron en México implantes PIP precisamente por la falta de control sobre los médicos que hacen este tipo de intervenciones quirúrgicas, incluso en clínicas que muchas ocasiones son llevadas por charlatanes sin adecuada preparación.
Por ello, es que la AMCPER está instando a sus especialistas a atender a toda mujer que desee verificar el tipo de implante que le fue puesto aun cuando la cirugía no se la haya hecho algún médico de la Asociación.
Se calcula que en todo el mundo fueron vendidos cerca de 500,000 implantes PIP, y “desgraciadamente el 80% de esos implantes los vendieron fuera de Francia, en Europa y en América Latina (Argentina, Colombia, Venezuela y México)”.
Inclusive menciona el doctor Betti que mucho del auge que tuvo la industria de cirugía estética colombiana y argentina se debió a estos implantes que les permitía dar precios mucho más baratos.
En México, la Asociación se enteró que en Francia las autoridades ordenaron retirarlos desde el 2010 y enseguida buscaron hablar con Cofepris y las autoridades de Salud aquí para hacer lo mismo, de modo que también desde el 2010 se dejaron de importar en México. Pero está por saberse cuántos sí se implantaron en mujeres mexicanas.
La Asociación está muy consciente de que hay que seguir de cerca a las pacientes que tienen este tipo de implantes e instar a las que desean quitárselo para que acudan con su cirujano plástico.
El problema, agrega el especialista, es que muchas mujeres mexicanas también recurrieron a hacerse el implante en Colombia o Argentina porque les resultaba más barato.
Lo importante es que quien se haya hecho el implante mamario confirme con el médico que se lo colocó que no fue de los llamados PIP, porque de ser así, es importante que cheque la conveniencia de retirárselo.
Y para concluir, para las mujeres en México que hoy están pensando aumentarse el busto, deben tener claro dos puntos cruciales: acudir con un cirujano plástico certificado por la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva (AMCPER), y aparte, que el médico cirujano garantice que la marca del implante sea de verdadera calidad.