Una nueva investigación de la Universidad Carnegie Mellon, se dio a la tarea de investigar y documentar si los abrazos actúan como un apoyo social y tienen un efecto protector que sirve a las personas estresadas para protegerse cuando se enferman.
En artículo publicado en Psychological Science, liderados por Sheldon Cohen, profesor de Psicología en Dietrich Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de CMU Robert E. Doherty, documentaron que las personas con mayor apoyo social y que reciben abrazos con más frecuencia las protegía del aumento de la susceptibilidad a infecciones asociadas a encontrarse estresado y presentaban menos síntomas de enfermedades con menor gravedad.
Cohen y su equipo decidieron estudiar a los abrazos como un ejemplo de apoyo social porque los abrazos demuestran una relación más íntima y estrecha con otra persona.
“Sabemos que las personas que experimentan conflictos con otros tienen menos capacidad de luchar contra los virus del resfriado. También sabemos que las personas que afirman tener apoyo social se encuentran parcialmente protegidas de los efectos del estrés en estados psicológicos, como son la depresión y la ansiedad“, dijo Cohen . “Hemos probado si la percepción de apoyo social es igualmente eficaz en la que nos protegernos de la susceptibilidad causada por el estrés a infecciones y también si el recibir abrazos podrían en parte explicar esos sentimientos de apoyo y sí proteger a una persona contra la infección“.
Se evaluó mediante un cuestionario a 404 adultos sanos, y para determinar su percepción del apoyo y frecuencia de los conflictos interpersonales y abrazos que reciben con entrevistas telefónicas llevadas a cabo en 14 noches consecutivas. Posteriormente, los participantes fueron expuestos intencionalmente a un virus del resfriado común y monitoreados en cuarentena para evaluar la infección y síntomas de la enfermedad.
Los resultados mostraron que el apoyo social percibido reduce el riesgo de infección asociado con los conflictos que experimentan. Los abrazos eran responsables de un tercio del efecto protector del apoyo social. Entre los participantes infectados, quienes tenían una percepción mayor de apoyo social y abrazos más frecuentes presentaron menos síntomas de la enfermedad de y con menos gradad sin importar si experimentaban conflictos.
“Esto sugiere que ser abrazado por una persona de confianza puede actuar como un medio eficaz para transmitir un apoyo y que el aumento de la frecuencia de los abrazos podría ser un medio eficaz para reducir los efectos nocivos del estrés“, dijo Cohen. “El efecto protector aparente de los abrazos puede ser atribuible al contacto físico en sí o el abrazar ser un indicador de un comportamiento de apoyo e intimidad“.
Cohen añadió: “De cualquier manera, los que reciben más abrazos se encuentran un poco más protegido de la infección“.