Una nueva investigación de la Universidad de Southampton ha puesto de manifiesto las desigualdades que enfrentan hombres y mujeres mayores de cincuenta años con responsabilidades de cuidado de otros. Además de tener más probabilidades de tener desventajas socioeconómicas, los cuidadores de este grupo de edad tienen más probabilidades de experimentar problemas con su salud mental y física que las personas que no brindan ningún tipo de atención.
La esperanza de vida en Europa está aumentando y, combinado con la reducción de las tasas de natalidad, ha cambiado la forma de las poblaciones con proporciones crecientes de personas mayores en relación con las de la edad laboral. El envejecimiento de la población también aumenta la demanda de atención informal. Si bien dicha atención puede ahorrar enormes costos de salud y asistencia social a los gobiernos, el equipo de investigación quiso analizar el potencial que el cuidado tiene para impactar en la productividad económica nacional si se produce a expensas de la calidad o cantidad de trabajo que aquellos que brindan atención pueden llevar a cabo.
El estudio “Relationships between informal caregiving, health and work in the Health and Employment After Fifty study, England” [1] (Relaciones entre el cuidado informal, la salud y el trabajo en el estudio de salud y empleo después de cincuenta, Inglaterra) fue dirigido por la Unidad de Epidemiología del Curso de Vida del Consejo de Investigación Médica de la Universidad. El equipo analizó los resultados de más de 8 mil hombres y mujeres que participaron en el estudio HEAF (Health and Employment after Fifty, Estudio de Salud y Empleo después de Cincuenta) del Consejo de Investigación Médica de la Universidad.
Los hallazgos de esta investigación, publicada en el European Journal of Public Health, mostraron que casi una quinta parte de los hombres y más de una cuarta parte de las mujeres informaron alguna forma de responsabilidad de cuidado. Aquellos que brindan los niveles más altos de atención tenían más probabilidades de estar en desventaja en términos de clase social y nivel educativo en comparación con aquellos sin ninguna responsabilidad de cuidado. Los cuidadores también tenían más probabilidades de estar desempleados o jubilados, y entre los que trabajan, tenían más probabilidades de trabajar a tiempo parcial o trabajar por turnos.
Cuando consideraron los resultados de salud en los proveedores de atención, el equipo descubrió que aquellos que brindaron atención durante más de 20 horas por semana tenían más probabilidades de sufrir enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y experimentar dolor musculoesquelético, depresión y problemas para dormir.
La profesora Karen Walker-Bone, Directora del MRC Versus Arthritis Centre for Musculoskeletal Health and Work (Centro MRC Versus Arthritis para la Salud y el Trabajo Musculoesquelético) de la Universidad de Southampton, quien dirigió el estudio, menciona que “este estudio ha arrojado nueva luz sobre las desventajas que enfrentan quienes tienen que cuidar a sus amigos o miembros de la familia, y el impacto significativo de cuidar su propia salud y su capacidad para trabajar. Si bien los gobiernos han aumentado la edad de jubilación estatal para alentar a las personas a trabajar más tiempo, muchos tienen que abandonar el lugar de trabajo para brindar atención a quienes la necesitan. Es necesario que los empleadores y el Gobierno se aseguren de que haya suficiente apoyo disponible para los cuidadores para asegurarse de que puedan mantenerse sanos y productivos y no terminen requiriendo atención ellos mismos“[.]