El bullying o acoso escolar se presenta con mayor frecuencia entre los 10 y los 14 años de edad, y de no detectarse a tiempo, puede llevar al suicidio a quien lo padece, alertó la doctora Carmen Torres Mata, paidosiquiatra de Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP).
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Aislamiento, irritabilidad y rechazo a asistir a la escuela, síntomas de bullying
El acoso escolar puede presentarse de diferentes formas, las clásicas son marcas de moretones, maltrato físico: pegar, robar, empujar al compañero; maltrato verbal: insultar y menospreciar, y exclusión social: ignorarlos y/o aislarlos.
Indicó que son los varones quienes más padecen esta situación, e influye la sobreprotección de los padres que impide al menor contar con herramientas para ser independientes, incluso, para solucionar sus problemas.
También influye el machismo que obliga a los niños a aguantarse sin llorar, y se puede agregar el ambiente de alcohol y drogas en casa, lo cual los hace más vulnerables.
De esta manera, “la persona afectada se aísla, está irritable incluso con la familia, manifiesta rechazo franco a ir a la escuela y tiene problemas con los compañeros“.
Agregó que también son comunes las pesadillas y miedos que generalmente desaparecen el fin de semana porque no va a la escuela y reaparecen el domingo por la tarde, al pensar que va a vivir otra vez el entorno hostil.
Cuando un acoso escolar no es detectado a tiempo, puede causar trastorno mental como depresión y/o ansiedad, e incluso estrés postraumático, depresión y suicidio.
Manifestaciones como “ya no sirvo para nada”, “no tendría para qué estar aquí“, “¿para qué vivir?“, son datos de alarma para pensar que el problema es grave y quien lo padece está considerando el suicidio, insistió la especialista.
La doctora Torres Mata también describió a los agresores como personas que muchas veces viven situaciones de violencia en casa, donde las formas de comunicarse o de relacionarse son con insultos o golpes.
Son jóvenes con problemas para controlar sus impulsos, pero sobre todo que desde los 5 o 6 años de edad manifiestan baja tolerancia a la frustración.
A lo largo de su vida, los agresores han tenido reportes de mala conducta en la escuela, muchas veces los padres minimizan este tipo de cosas y no atienden cuando es debido, esto significa que la o el adolescente debe ser atendido por un profesional de la salud mental.
Ante este panorama, la especialista de Servicios de Atención Psiquiátrica recomendó estar en constante comunicación padres e hijos, quiénes son sus amigos, sus intereses y brindar la confianza para externar el problema.
También es importante la supervisión en el uso de las redes sociales, limitarles los tiempos, conocer sus pláticas y personas con quienes interactúan.
De esta forma, el niño tendrá ayuda y orientación sobre las herramientas que favorezcan para un desarrollo sano.