¡Eres igual a tu padre!

¿Te has escuchado a ti misma decirle a tu pequeño lo mucho que lamentas que se parezca a su papá? Tus palabras pueden dañarlo de manera irreversible. Imagen: Depositphotos.

¿Te has escuchado a ti misma decirle a tu pequeño lo mucho que lamentas que se parezca a su papá, con quien no te llevas bien? Aunque parezca un hecho que pasa desapercibido, tus palabras pueden dañarlo de manera irreversible.

Daniela y Mario se divorciaron. ¿El motivo? Diferencias irreconciliables, o al menos eso decía el documento legal. Daniela se quedó con la custodia de los dos hijos que procrearon: Linda y Néstor, de nueve y ocho años, respectivamente.

Al paso del tiempo Daniela comenzó a ver en Linda comportamientos similares a los de su ex pareja. Frases como “eres idéntica a tu padre” o “pones la misma cara que él cuando te pido un favor”, salían con frecuencia de su boca, mientras que la niña no comprendía qué  había de  malo en su comportamiento.

Especialistas señalan que hay mujeres que siguen atrapadas en la etapa infantil, y no saben vivir el duelo de la pérdida de una pareja, así que se aferran a los hijos. Imagen: Depositphotos.

¿Qué sucedía en realidad en ese hogar? Conflictos de esa índole, explica la terapeuta familiar Gabriela Martín del Campo, son comunes en familias que afectivamente hablando no están separadas, es decir, cada uno de los miembros carece de identidad propia.

Ese comportamiento se origina en la infancia y como probablemente ocurrió en el caso de Daniela, su desarrollo psicológico fue inadecuado. “La persona debe vivir un proceso de individualización, el cual le permite separarse emocionalmente de sus principales figuras (padres, madres, abuelos); este proceso se inicia en los primeros años de la vida y ocurre poco a poco. Alrededor de los tres años de edad los niños han logrado su individualización”.

¿Por qué actúo así con mi hijo?

Pero en ocasiones ese proceso no se completa, así que la persona queda atrapada en esa etapa infantil en la que posiblemente vivieron un abandono en la infancia, el cual no necesariamente fue físico. “No significa que alguno de los padres murió o partió, puede haber sido un abandono emocional”, explica Gabriela Martín del Campo.

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En la vida adulta quienes atraviesan por esta situación, en lugar de buscar una pareja que las complemente prefieren hombres en quienes puedan ver reflejado a un padre y se aferran a ellos porque necesitan el apego y la protección que les faltó. “No suelen ser buenas madres porque siguen atrapadas en esa etapa infantil, y no saben vivir el duelo de la pérdida de una pareja, así que se aferran a los hijos” explica Martín del Campo.

Y no necesariamente ocurre que el pequeño se parezca a su papá, sino que en realidad será la mamá quien le atribuya las características que no aprueba de su ex pareja. Aunque evidentemente la situación se agudiza si el niño en realidad se parece, física o emocionalmente, al hombre ausente. Imagen: Depositphotos.

Es muy común, explica la terapeuta Adriana Dávila, que se dé la separación física y legal pero que el problema que llevó a la pareja al divorcio persista y, a falta de una pareja a quien culpar, la madre deposita sus frustraciones en alguno de los hijos.

Y no necesariamente ocurre que el pequeño se parezca a su papá, sino que en realidad será la mamá quien le atribuya las características que no aprueba de su ex pareja. Aunque evidentemente la situación se agudiza si el niño en realidad se parece, física o emocionalmente, al hombre ausente.

Lo grave del asunto es que este problema se desplaza hacia el hijo, quien probablemente empezará a actuar de la manera en que se le repite una y otra vez, por ejemplo: “eres irresponsable como tu padre, “eres enojón como él”. Aunque también existe el otro lado de la moneda: que el niño no cambie su forma de actuar, pero que desde la perspectiva de su madre tenga todas las características de él.

Ese mecanismo se llama identificación proyectiva, un método de defensa muy primitivo e infantil. “Le atribuyes al otro lo que te disgusta; el niño no es irresponsable, ella así lo percibe, aunque también puede suceder que el niño se convierta en lo que tú a diario le repites” puntualiza Gabriela Martín del Campo, profesora en el Hospital Psiquiátrico Infantil “Juan N. Navarro”.

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Es indudable que cerrar una relación en un ambiente de conflicto despertará sentimientos negativos, sin embargo, es importante no permitir que éstos prevalezcan y sobre todo que afecten a los hijos. Lo mejor siempre será fortalecer las cualidades de tu pequeño y cuando haya actitudes que corregir recuerda que hay que hacer referencia a la actitud y no calificar su persona. Si sigues este consejo ten por seguro que fortalecerás su autoestima y sabrá que lo amarás sin condiciones.

Colaboración de Fundación Teletón México para Plenilunia.
“La autoestima es la fuerza de tu voz”.
Bojorge[arroba]teleton[punto]org[punto]mx

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Redacción, Plenilunia Sociedad Civil Fundada en el año de 2004, Plenilunia es una Sociedad Civil cuyo objetivo es fomentar el bienestar y la salud integral de la mujer.

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