No sólo el frío llega con el invierno pues ambos están acompañados de un sinfín de costumbres que hacen que las fiestas decembrinas sean magia pura en casa. Además de la navidad, celebramos el día de la Virgen María, la Noche Vieja y el Año Nuevo, por lo que la diversidad de platillos que se preparan en esta época del año son incontables.
Si bien lo más importante de estas fiestas decembrinas es pasarla en compañía de tus seres amados con la intención de sanar heridas, reforzar lazos y mejorar la comunicación, es en la cocina que la magia llega. Recetas que son el vivo recuerdo de nuestros ancestros, abuelos o padres, nos acompañan en este momento, uniendo así el pasado, el presente y el futuro.
La Navidad como la conocemos ahora
Fue en 350 d.C. que el papa Julio fijó el 25 de diciembre como la fiesta de la Natividad que conmemora el nacimiento de Cristo con la intención de sustituir las fiestas saturninas de los romanos. Poco a poco ciertos alimentos se fueron relacionando con este evento extraordinario, lo que impactó directamente en la forma de cultivar y producir sus alimentos.
En el caso específico de México las fiestas decembrinas como las conocemos ahora llegaron en el periodo del Virreinato. Cabe destacar que uno de los elementos más sincréticos fue el pavo. El guajolote (también conocido como pavo, meleagris gallopavo) es un regalo de las culturas prehispánicas. Al ser uno de los primeros animales en domesticarse, nos ha acompañado desde hace 2 mil años .
Un manjar en las fiestas decembrinas
Era un manjar que se consumía en fiestas religiosas acompañado con chile, tomate y pepitas de calabaza molida. Además, era considerado un animal sagrado para los mayas. Al llegar los españoles, se llevaron el pavo a Europa, donde se convirtió en un plato tradicional de las fiestas decembrinas.
De igual manera, celebraciones como las posadas se fusionaron con las peregrinaciones lo que a su vez le dio vida a la cocina mexicana. Platillos como los romeritos y el mole, los tamales, el ponche, así como el bacalao a la vizcaína dieron inicio a una tradición culinaria que día con día evoluciona acompañada del cariño de la familia.
Romeritos y mole
Además del pavo, los romeritos son parte de la herencia culinaria que persiste para las fiestas decembrinas. Los aztecas incluían los romeritos en su dieta por sus grandes propiedades nutricionales y medicinales. Se consumían en los tiempos de ayuno antes de las fiestas religiosas acompañados de los ahuautles, huevecillos de un mosco acuático.
Durante la época colonial, las monjas de los conventos rescataron este alimento menospreciado por los españoles. Fue así como nació “el revoltijo”, una mezcla de ingredientes europeos y mexicanos que le dieron vida a los romeritos con tortas de camarón que conocemos.
Tamales
Por supuesto no pueden faltar los tamales. Este platillo emblemático de las posadas y las mañanas mexicanas, lleva cientos de años acompañando las antiguas fiestas religiosas prehispánicas y ahora nuestras fiestas decembrinas. Combinando la masa de maíz con un sinfín de ingredientes se pueden obtener estos preciosos manjares. Pero recuerda, mientras se cuecen al vapor es necesario que haya mucha armonía en la casa, si no, ¡los tamales no se harán!