La temporada festiva es un momento ideal para conectar con emociones positivas como la gratitud. Este sentimiento, más allá de ser un simple acto de cortesía, tiene impactos profundos en nuestro bienestar emocional y físico.
Según investigaciones de la neurocientífica Lisa Feldman Barrett, cultivar emociones positivas puede transformar nuestra percepción del mundo y fortalecer nuestras conexiones sociales.
Desde la Programación Neurolingüística (PNL), la gratitud es vista como una herramienta poderosa para reprogramar nuestra mente y enfocarnos en lo positivo.
A continuación, te compartimos consejos prácticos para practicar la gratitud en estas fechas.
1. Escribe un diario de gratitud
Dedica unos minutos al día para anotar tres cosas por las que te sientas agradecida. Según un estudio de la neurocientífica Sarah McKay, este hábito activa el sistema de recompensa en el cerebro, liberando dopamina, la llamada «molécula de la motivación». En PNL, este ejercicio refuerza patrones positivos al entrenar a tu mente para enfocarse en lo bueno, incluso en situaciones desafiantes.
Consejo práctico: Hazlo parte de tu rutina nocturna. Usa un cuaderno especial y escribe al menos tres razones por las que hoy fue un día significativo.
2. Práctica anclajes de gratitud
Un «anclaje» en PNL es un estímulo que genera una respuesta emocional deseada. Crea un anclaje para la gratitud eligiendo un gesto sencillo, como tocar tu pecho, mientras piensas en un momento por el que te sientas agradecida. Repite este ejercicio varias veces hasta que el gesto se asocie con la emoción de gratitud.
Consejo práctico: Usa este anclaje cada vez que te enfrentes a momentos de estrés o tensión durante las fiestas.
3. Comparte tu gratitud con otros
La gratitud compartida fortalece las relaciones y genera un efecto dominó positivo. Según la neurocientífica Brené Brown, expresar gratitud fomenta la empatía y refuerza los lazos sociales. Desde la perspectiva de la PNL, verbalizar lo que agradeces ayuda a consolidar ese sentimiento en tu subconsciente.
Consejo práctico: Durante las cenas o reuniones familiares, dedica un momento para expresar lo que valoras de cada persona presente.
4. Reenfoca los pensamientos negativos
Las festividades pueden traer estrés, pero la gratitud te permite cambiar el enfoque.
Identifica pensamientos negativos y sustitúyelos por afirmaciones positivas, una técnica fundamental en la PNL. Por ejemplo, transforma «Estoy agotada con tantas responsabilidades» en «Agradezco tener la oportunidad de organizar algo especial para mi familia».
Consejo práctico: Usa una pulsera o un objeto pequeño como recordatorio visual para detenerte y practicar este cambio de enfoque.
5. Crea un ritual de cierre del año
Las tradiciones personales o familiares son una excelente manera de reforzar la gratitud. Puedes crear un ritual donde todos escriban sus momentos favoritos del año y los lean en voz alta. Este ejercicio refuerza las emociones positivas y fortalece los vínculos.
Consejo práctico: Complementa el ritual con elementos visuales, como un mural de fotos o dibujos que representen los momentos agradecidos del año.
El impacto de la gratitud en tu cerebro
Practicar gratitud no solo te hace sentir bien, sino que también remodela tu cerebro. Según estudios de la neurocientífica Glenn Fox, expresar gratitud aumenta la actividad en la corteza prefrontal, asociada con la toma de decisiones y la regulación emocional.
La PNL refuerza este efecto al proporcionar herramientas prácticas para integrar la gratitud en tu vida diaria.
En estas fiestas, haz de la gratitud una práctica consciente. No solo mejorarás tu bienestar, sino que también inspiran a quienes te rodean a hacer lo mismo. La magia de esta temporada se multiplica cuando aprendemos a agradecer.