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En medio del ajetreo diario, el ejercicio suele ser lo primero que sacrificamos. Pero no necesitas largas sesiones de gimnasio para mantenerte activo: pequeños ajustes en la rutina pueden mejorar significativamente tu salud física y mental.
Cambiar la mentalidad es el primer paso. Más que una obligación, el ejercicio debe verse como una herramienta para sentirte mejor, aumentar tu energía y reducir el estrés. Hacer 10 o 15 minutos al día puede marcar la diferencia, siempre que sea con constancia y propósito.

5 pasos para estar fit sin prisas
1. Reprograma tu mente
Deja de pensar en el “todo o nada”. Hacer poco, pero todos los días, es más efectivo que esperar el momento perfecto. El movimiento diario, por mínimo que sea, suma beneficios a largo plazo.
2. Encuentra una actividad que disfrutes
No todo el ejercicio tiene que ser intenso. Puedes moverte con gusto si eliges opciones que se adapten a ti: caminar, bailar, practicar yoga, nadar, andar en bici o incluso jugar con tus hijos.
3. Integra el movimiento a tu día
Aprovecha cada oportunidad para moverte: sube escaleras, camina mientras hablas por teléfono, bájate una estación antes en el transporte o haz pausas activas frente a la computadora.

4. Convierte el ejercicio en una actividad social
Hacerlo acompañado puede aumentar la motivación. Participar en clases grupales, armar un grupo de caminatas o practicar algún deporte con otras personas te ayudará a mantener el hábito.
5. Cuida tu salud de forma integral
El bienestar no depende solo del ejercicio. Dormir bien, mantener una alimentación equilibrada y manejar el estrés son igual de importantes. Todo forma parte de un estilo de vida saludable.
De lo pequeño a lo significativo
El cambio no tiene que ser drástico para ser efectivo. Comienza con metas realistas, registra tus avances y celebra los pequeños logros. Lo más importante es empezar, adaptarlo a tu ritmo y mantenerte constante.
Con información de Splenda.