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¿Imaginas que tu vida, tu salud y tu futuro se decidieran con una ruleta o un dado? Para muchas mujeres y personas gestantes en México, eso es una realidad. Mientras el aborto siga tipificado como delito en los códigos penales de todos los estados del país, el acceso a este derecho fundamental queda en manos del azar: del juez que toque, del hospital disponible o del código postal en el que vivas.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ya declaró inconstitucional criminalizar a quienes deciden interrumpir un embarazo. Sin embargo, en la práctica, el aborto aún se encuentra en el Código Penal en todas las entidades federativas. Esto significa que la criminalización persiste, no solo en términos legales, sino también a través del estigma, el miedo y las múltiples barreras que enfrentan quienes desean ejercer su derecho a decidir.
La penalización del aborto pone vidas en riesgo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 13% de las muertes maternas a nivel mundial están relacionadas con abortos inseguros. Cada año se practican alrededor de 19 millones de abortos en condiciones peligrosas, y el 97% de estos ocurren en países en vías de desarrollo, como México.
Los datos son contundentes: penalizar el aborto no lo elimina, solo lo vuelve más inseguro. En cambio, garantizar el acceso a servicios de aborto legal y seguro salva vidas, reduce complicaciones médicas y fortalece el sistema de salud pública.
La criminalización del aborto también es una forma de violencia
Tratar el aborto como un delito no solo expone a mujeres y personas gestantes a procesos judiciales injustos. También las convierte en blanco de violencia simbólica y social: despidos laborales, rechazo familiar, estigmatización en su comunidad e incluso exposición mediática.
Como afirma Angie Contreras, vocera del colectivo Mujeres Vivas, Mujeres Libres: “Un derecho no es un favor ni un privilegio. Mientras el aborto siga en el Código Penal y sea tratado como un delito, corremos el riesgo de ser criminalizadas por ejercerlo. Nuestro derecho a decidir queda a merced del azar.”
Despenalizar el aborto: una cuestión de justicia, libertad y dignidad
Eliminar el delito de aborto de los códigos penales no impone una obligación: reconoce una libertad básica. Significa que ninguna mujer o persona gestante será tratada como criminal por tomar decisiones sobre su propio cuerpo. Es también un paso fundamental hacia la despenalización social, para que abortar no sea motivo de vergüenza, miedo o aislamiento.
Lizeth Mejorada, también vocera de Mujeres Vivas, Mujeres Libres, lo resume así:
“Eliminar el delito de aborto del Código Penal es reconocer que nuestra libertad no es un crimen. Es un paso crucial hacia una sociedad más justa, donde las niñas y mujeres puedan decidir su futuro con dignidad.”
#28S: Decidir no debe ser un delito
Este 28 de septiembre, Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro (#28S), miles de voces se alzarán en todo el país para exigir lo obvio: que la autonomía reproductiva sea respetada como un derecho humano y no quede al azar ni a la voluntad de terceros.
La libertad no es negociable. La salud no puede depender del miedo. Y el derecho a decidir no debería ser un privilegio, sino una garantía para todas.
Para más información sobre el derecho al aborto en México y cómo apoyar la despenalización en tu estado, sigue a organizaciones como Mujeres Vivas, Mujeres Libres y únete a la conversación con el hashtag #28S.