Hoy en la mañana mientras me arreglaba para salir al mundo con la cara muy bien puesta envuelta dentro de un aire de belleza y frescura que cada mañana me regalan mis mil y un accesorios de lancôme, me miré fijamente al espejo y me dije a mí misma: ¡Caray, qué bien que estoy hoy, realmente me siento bella, joven, fresca y segura!-.
No cabe duda que las mujeres tenemos una maravillosa oportunidad para resaltar, mejorar y cuidar nuestra belleza exterior en cualquier momentito del día; sin embargo, pensé en algo que mi abuela siempre me decía: “la belleza exterior se resuelve con una manita de gato pero ¿qué hay de la belleza que traes dentro?, ¿la tienes bien cuidada también y la proteges con igual precisión y entusiasmo?”. Es cierto, ésta no se maquilla de color rosado o se polvea con un tono bronceado, menos se embellece con un poquito de perfume con aroma floral, sutil y muy elegante; la belleza que cada quien lleva por dentro es realmente la esencia que cada una de nosotras posee y refleja.
Es esta belleza la que hay que procurar día a día y explotar al máximo haciendo uso de las herramientas que nos da para lograr convertirnos en seres amables y amorosos, felices y comprensivos, cooperativos y entusiastas, tolerantes y respetuosos.
Cada mañana hay que levantarnos y ponernos guapas por fuera y por dentro, de esta manera la belleza de cada una de nosotras resaltará más, pero sobre todo nos hará sentir aún mejor con nosotras mismas; aclarar conflictos, resolver dudas, sonreír, escuchar, ayudar y echar mano de todos los recursos que tenemos a nuestro alcance para ser una bella persona, nos hará sentirnos plenas y bellas, por dentro y por fuera.
*Terapeuta
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