El nuevo incremento en el precio de los cigarros, lejos de aplicarse para alejar a los fumadores de tan mortífero hábito, obedece a una decisión unilateral de las propias tabacaleras en su beneficio. El alza se produjo este 7 de diciembre, y fue de entre dos y tres pesos.
De acuerdo a la experiencia internacional, el incremento en el precio de los cigarrillos ha resultado el arma más efectiva para que niños y adolescentes no se involucren en ese vicio, pero también para que fumadores de tiempo abandonen el hábito.
Ocho semanas después de que fuera discutido el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) en la Cámara de Diputados, donde los legisladores rechazaron la propuesta de organizaciones en contra del tabaco de subir sustancialmente los impuestos a la cajetilla de cigarros, las tabacaleras por su lado subieron los precios del tabaco.
Este incremento que resulta adicional al que sí se aprobó en el PEF y que se aplicará al iniciar 2010, “viene a ser de alguna manera como una buena noticia, pues las tabacaleras al aumentar el precio de sus productos, es como si ahora hicieran el trabajo que no quisieron hacer en su momento los legisladores federales, que era el de subir los precios para que repercutieran en un menor consumo de tabaco”, dice Juan Núñez, director de ALIENTO, organismo que agrupa a varias asociaciones contra el tabaco.
Sin embargo, lo malo es que estos dos o tres pesos que ahora están pagando los fumadores no van a la hacienda pública, sino que van a incrementar las ya de por sí descomunales ganancias de esas industrias, añade.
Durante los debates del PEF se hizo énfasis en que el producto de esos impuestos se destinarían a fondos para la rehabilitación de enfermos a causa del tabaquismo, pero también para campañas más intensas de prevención, sobre todo para evitar que niños y jóvenes se sumen a esa fila de la muerte que es la de los fumadores.
Con todo, una mayoría en la Cámara de Diputados, entre ellos 14 integrantes de la Comisión de Salud, desestimaron que el tabaco genera al menos 160 muertes diarias en México, y argumentaron que aumentar en dos pesos el precio de las cajetillas afectaba a estados productores de tabaco como Nayarit, Veracruz y Chiapas, además de que acarrearía pérdida de empleos, fomentaría el contrabando y la piratería.
Entre los principales diputados que de esta forma trabajaron a favor de las tabacaleras, destaca el priísta Sebastián Lerdo de Tejada, “aunque no se sabe a qué precio”.
Sin embargo, debe recordarse que durante el sexenio pasado, cuando la Organización Mundial de Salud (OMS) puso un límite para que los países inscritos acataran el acuerdo marco para limitar el consumo de tabaco, las tabacaleras disuadieron a los legisladores con prominentes regalos, tales como automóviles BMW.
En 2009, tal como lo tienen previsto para 2010, las tabacaleras Cigatam y British American Tobacco
han roto todas los récord en ventas en México, no obstante que el tabaco se encuentra entre las principales causas de muerte por cardiopatías, cáncer o efisema pulmonar y cuya atención médica se lleva gran parte de las partidas para salud del PEF.