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La anticoncepción de emergencia es una excelente opción, pero sólo indicada en casos específicos. Su uso frecuente puede provocar cambios hormonales importantes, así que lo ideal es que sea recomendada por tu médico.
¿Cuándo y por qué usarla?
Lo mejor es que restrinjas su utilización sólo para los momentos en los que piensas que ha fallado tu método anticonceptivo regular, cuando lo uses incorrectamente o cuando existe algún caso de agresión sexual, según se explica en la información emitida por la Organización Mundial de la Salud, OMS.
Se sabe que existen dos métodos que pueden ser clasificados como “de emergencia”: las píldoras anticonceptivas de emergencia y los dispositivos intrauterinos de cobre.
¿Cómo funciona?
Hay ciertos pasos específicos que sí se tienen que cumplir para asegurar su efectividad. Tanto el dispositivo intrauterino o las píldoras de emergencia deben ser usadas durante los 5 días posteriores a la relación sexual sin protección.
“Funcionan impidiendo o retrasando la ovulación: actúan antes de la salida del óvulo del ovario y antes de que ocurra la fertilización por un espermatozoide. También pueden impedir la fertilización de un óvulo por su efecto sobre el moco cervical o la capacidad del espermatozoide de unirse al óvulo.
Las píldoras anticonceptivas de emergencia no pueden interrumpir un embarazo establecido ni dañar al embrión en desarrollo. Las píldoras anticonceptivas de emergencia de levonorgestrel [las recomendadas por la OMS] no son eficaces una vez que ha comenzado el proceso de implantación, y no pueden provocar un aborto”, según la OMS.
¿Qué tan efectiva es?
Puede asegurar hasta el 94 por ciento de efectividad. Es más eficaz cuanto antes se toma después de la relación sexual.
Si estos métodos de anticoncepción de emergencia son bien utilizados, recomendados y monitoreados por tu ginecólog@, tienden a ser muy seguros y a no provocar efectos colaterales; o en su caso, muy leves.