Urgen a generar información sobre la situación de salud de este grupo para implementar medidas contra el estigma y garantizar su acceso a los servicios de salud.
[frase]“Debemos erradicar de los servicios de salud la intolerancia hacia las personas LGBT”, aseveró Rafael Mazin asesor principal en VIH, enfermedades de transmisión sexual y hepatitis de la OPS/OMS,[/frase]
La falta de información sobre la salud de las personas lesbianas, homosexuales, bisexuales y trans (LGBT) en las Américas oculta su situación sanitaria y demora acciones que pueden implementarse para combatir el estigma, mejorar su salud y salvar vidas, afirmaron expertos de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
Con el fin de revertir esta situación, la OPS/OMS presta cooperación técnica para apoyar a los países a recopilar y analizar información acerca de las necesidades de salud de esta población, los obstáculos que enfrentan para acceder a la atención y el impacto del estigma sobre su salud y bienestar. La iniciativa responde al compromiso asumido por los ministros de salud de la región quienes en septiembre pasado se comprometieron a promover el acceso igualitario a los servicios de salud.
“Existe una gran ausencia de conocimiento sobre cuáles son los verdaderos problemas de estas colectividades, invisibilizándolas”, consideró el jefe de la unidad de VIH, Hepatitis, Tuberculosis e Infecciones de Transmisión Sexual de la OPS/OMS, Massimo Ghidinelli. “Sabemos que son más vulnerables al VIH, a las hepatitis virales y a otras infecciones de transmisión sexual, así como también víctimas frecuentes de situaciones de violencia extrema, pero esto es sólo la punta del iceberg de los problemas y necesidades de salud que tienen”, afirmó.
El prejuicio y la ignorancia sobre las realidades de las personas LGBT en la sociedad en general y en los sistemas de salud en particular contribuyen también al desconocimiento de sus problemas, estado de salud general y bienestar, y a que no les brinden atención oportuna, efectiva y adecuada. Muchas personas de los colectivos LGBT llegan en forma tardía a los servicios y sus condiciones o problemas de salud son tratadas tardíamente con un pronóstico menos favorable. Por ejemplo, la infección por VIH, que tiene una alta incidencia entre hombres que tienen relaciones con otros hombres (HSH) y mujeres trans en América Latina y el Caribe, es a menudo diagnosticada en forma tardía entre personas de estas poblaciones.
Según datos de 2012 del ONUSIDA, la prevalencia de VIH en este grupo en Latinoamérica y el Caribe se estima en un 11.42% mientras que en la población en general no llega al 1%. En muchos países, este porcentaje se ha calculado que podría superar el 15%. No existe información disponible acerca de la situación entre mujeres trans, pero hay indicios de que la prevalencia de infección por VIH podría ser mucho más alta que entre HSH (hombres que tienen relaciones con otros hombres).
También según el ONUSIDA, sólo la mitad de los hombres que tienen sexo con hombres y que viven con VIH conocían su estado, lo que significa una pérdida de oportunidad para iniciar el tratamiento en forma oportuna y reducir el riesgo de transmisión a sus parejas sexuales.
Rafael Mazin, asesor principal en VIH, enfermedades de transmisión sexual y hepatitis de la OPS/OMS explica que el maltrato en los servicios es violatorio de las obligaciones de derechos humanos establecidas en tratados universales y regionales. Además, “es inaceptable y no debe ser tolerado”, subrayó.
Muchos de los datos que actualmente se tienen no logran distinguir importantes diferencias entre las condiciones de salud y las necesidades de atención de diferentes grupos al estar integrados dentro de una misma categoría. Por ejemplo, en la categoría “hombres que tienen sexo con hombres” se incluye tanto a los hombres gay, como a aquellos que no tienen una identidad gay (pero que mantienen relaciones con otros hombres) y también a las mujeres trans. En realidad, estos tres grupos tienen diferentes realidades, determinantes de salud, riesgos y necesidades de atención.
Las lesbianas también se han vuelto «invisibles», en parte, porque no han sido tan impactadas por la epidemia de VIH como los gays o las trans. “Se presume que son poblaciones que no tienen riesgo ni vulnerabilidad aumentada, sin embargo sufren igualmente el estigma, la discriminación, el maltrato y la violencia como de problemas de la salud en sí mismos y estos factores las alejan de los servicios de salud, y, por consiguiente, del diagnóstico y tratamiento temprano de sus problemas de salud, como pueden ser el cáncer de mama y los trastornos metabólicos o endocrinos”, señaló Mazin.
El Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia se observa cada 17 de mayo desde que en 1990 la OMS eliminó la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). Hasta entonces, el sector de la salud y la sociedad en general consideraban que lesbianas, gays y bisexuales tenían una «enfermedad» o una «dolencia» debido a su orientación sexual.