Las infecciones de los ojos son comunes, sobre todo en los niños y por lo general ocurren cuando el niño tiene gripe. Las infecciones virales de los ojos y las bacterianas tienen el mismo nombre de conjuntivitis u “ojos enrojecidos”.
No obstante, la expresión “ojo enrojecido” por lo general se asocia con una infección bacteriana y causa la mayoría de síntomas que la gente suele asociar con la conjuntivitis: secreción amarillenta, pus que ocasiona que ambos párpados se peguen y se hinchen. La infección viral no conduce a la presencia de secreción o pus adentro ni alrededor del ojo, sino que el síntoma principal es el enrojecimiento del ojo.
De acuerdo con la doctora Stephanie Starr, especialista de Medicina Comunitaria para Niños y Adolescentes de Mayo Clinic de Rochester, Minnesota, la conjuntivitis viral dura el mismo tiempo que la gripe, o sea entre una o dos semanas y no requiere tratamiento.
Debido a que no es producto de una bacteria, los colirios con antibiótico no sirven para este tipo de infección. Asimismo, los niños que padecen conjuntivitis viral deben permanecer en casa, sin asistir a la escuela o guardería. Cabe mencionar que la afección no es peligrosa, sólo un poco contagiosa.
Cuando un niño padece de una conjuntivitis viral corre riesgo de contraer también conjuntivitis bacteriana y muchos terminan por padecer simultáneamente ambos tipos de infección ocular.
Para prevenir estas infecciones en los ojitos de nuestros pequeños, es importante limpiar suavemente los párpados con un hisopo mojado en agua tibia, durante el período que estén enrojecidos los ojos y aproximadamente cada una o dos horas mientras el niño esté despierto.
Si se observa cualquier secreción o lagaña formándose en los ojos del pequeño, uno de los padres debe comunicarse con médico para determinar si se ha desarrollado una conjuntivitis bacteriana. En tal caso, es posible que se recomiende un colirio con antibiótico.
La receta normal para la conjuntivitis bacteriana es aplicar una gota cada cuatro horas en ambos ojos, mientras el niño esté despierto. Se debe continuar aplicando el colirio hasta que el niño se despierte dos mañanas seguidas sin nada de pus ni otra secreción. Con el fin de evitar daños en los ojos, no se debe usar lentes de contacto mientras dura el tratamiento para la conjuntivitis bacteriana.
Ojo, con el contagio
Hay que tener cuidado porque el pequeño puede contagiar la conjuntivitis bacteriana a otros al entrar en contacto con secreción amarillenta (pus) de los ojos. Por ello, las personas con conjuntivitis bacteriana no deben compartir toallas ni otros artículos de higiene personal que sirvan para ojos o la cara. Además, lavarse las manos a menudo también disminuye el riesgo.
A menos que la cantidad de pus sea excesiva, el riesgo de contagiar la conjuntivitis bacteriana es una vez transcurridas las primeras 24 horas posteriores a la aplicación del colirio con antibiótico y los niños pueden regresar a la guardería o escuela en ese momento.
La Dra. Starr explica que es raro que la conjuntivitis bacteriana conduzca a otros problemas médicos y por lo general, la afección desaparece sin dejar problemas en los ojos. No obstante, se recomienda llamar al médico del niño inmediatamente en caso de observar que los ojos están muy enrojecidos, hinchados, ve borroso o si empiezan a dolerle los ojos u oídos.