noviembre 23, 2024

¿Esposa o concubina?

Mónica Fiesco
Mónica Fiesco

La iglesia Católica da la bienvenida a personas homosexuales, también están considerando que una persona divorciada pueda volver a casarse por la iglesia. Estas han sido algunas declaraciones que hace unos días dio a conocer la iglesia en una especie de congreso clerical.

[media-credit name=»photography33″ align=»aligncenter» width=»562″]couple eating cake in bed[/media-credit]Admito que no soy mocha (y con esto no deseo ofender a nadie que profese la religión al pie de la letra) pero me dejó pensando en lo que realmente son las relaciones de pareja, lo que buscan, lo que necesitan; lo que nos han enseñado que deberían ser y lo que en el día a día sucede.

Definitivamente cuando era pequeña nunca me imaginé que a mis 35 años no estaría casada (como Dios manda), tampoco que no tendría hijos y que mi pareja y yo viviríamos, como legalmente se llama, en concubinato.

¡¡¡Dios mío!!! Dirían mis abuelas si es que aún vivieran y algunas de mis tías más tradicionales… Vive en pecado.

De acuerdo con el INEGI, la población aumentó en casi 30 millones de habitantes en las últimas tres décadas, pero en el mismo periodo la cifra de personas en unión libre se triplicó.

No creo que sea miedo al compromiso, ni tampoco falta de amor. Más bien creo que la sociedad ha ido modificando su forma de relacionarse en pareja, de aceptar que el papel firmado no te asegura la felicidad, el respeto y la comunión con la otra persona. Sí definitivamente hay de todo en esta vida y nada nos asegura que con o sin papel las cosas funcionen.

Y bueno también no creo que la comunidad gay o los que viven en unión libre les preocupe mucho la autorización de la Iglesia para ahora sí amarse. Por otro lado, conozco a personas divorciadas que por darle gusto a su pareja (dígase sociedad y familiares) anulan el antiguo matrimonio para volverse a casar, jurar amor eterno y que ahora sí valga. Pero todo depende del cristal con que se mire. Y no es de juzgar, al contrario esto me hace regresar a la duda inicial… ¿Sí o no al matrimonio?, ¿esposa o concubina? ¿Por qué si habemos parejas con una linda relación, ésta no es tan valiosa o respetable como la que tienen los casados?

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Antiguamente los matrimonios eran arreglados entre las familias en cuyo caso verificaban tres cosas: que ambos fueran del mismo nivel socioeconómico para así ampliar sus territorios y riquezas, que existiera descendencia, y finalmente que tuvieran un objetivo en común. Sin romanticismos yo revisé esto con el novio y dimos palomita a todos los requisitos.

Hoy, otra vez sin romanticismos, puedo decir que hay otros temas álgidos que generalmente se hablan cuando ya está uno en medio del asunto matrimonial y que sin duda debieran ser platicados:

  • Hijos: ¿Se quiere o no tener hijos?, ¿cuántos?, ¿cómo será su educación?, ¿quién apoyará para cuidarlos?, ¿será alguien de la familia o en una guardería?
  • Dinero y tareas del hogar: ¿cómo se dividirán?, ¿quién aportará cuánto y cómo?, ¿alguno de los dos se quedará en casa cuidando a los hijos? Y si es así ¿qué le corresponde a cada uno? Si alguno de los dos tiene deudas, ¿cómo se resolverán?, ¿lo mío es tuyo y lo mío es mío?
  • Familia y amigos: ¿cómo será la dinámica entre ambas familias? Si existe ese pariente metiche ¿cómo lo resuelven?, si hay hijos de un anterior matrimonio ¿cuáles serán los acuerdos para con todos?, convivencia en fechas importantes, etc, etc.
  • Proyecto de vida. ¿qué busca cada uno como individuo?, ¿qué le aporta o aportará al otro para que sea un objetivo individual que ayude al objetivo muto?

Ni crean que las respuestas son tan obvias en todos los casos y para ambos, digo tampoco es para espantarse; pero lejos de caer en el cliché de que el amor todo lo puede es mejor saber lo que necesita la otra persona, lo que espera de nosotros y viceversa.

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