La presión arterial  es la medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre a través del cuerpo. Esta presión debe estar equilibrada para no dañar al corazón. Cuando no es el caso y aumenta más allá de los niveles normales, se considera hipertensión arterial y es muy peligrosa.

La Secretaría de Salud indica que este padecimiento ha incrementado en personas más jóvenes; por tanto se deben tomar medidas, ya que la hipertensión arterial es una de las principales enfermedades que causan discapacidad.

Muchos factores pueden afectar la presión arterial, como cantidad de agua y sal en el organismo, el estado de los riñones y niveles hormonales. Se tiene mayor riesgo cuando se es obeso, se tienen antecedentes familiares con ésta enfermedad, se tiene diabetes o glucosa en ayuno mayor de 100 mgr/dl, se consume demasiado alcohol (más de una copa diaria), se agrega demasiada sal en la dieta y cuando se está muy estresado o se padece ansiedad.

La hipertensión causada por otra afección médica o medicamento se denomina hipertensión secundaria y puede deberse a una enfermedad renal crónica, trastornos de glándulas suprarrenales, medicamentos, pre eclampsia en el embarazo, entre otras.

La Secretaría de Salud recomienda que todos los jóvenes, a partir de los veinte años, prevengan los factores de riesgo antes señalados y acudan a revisiones.

Si la presión arterial está constantemente de 140/90 o más, es necesario acudir al médico y se empiece a cuidar el estilo de vida con una dieta sana y ejercicio regular.