En el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) de la Secretaría de Salud, se practica una cirugía novedosa de mínima invasión para tratar el cáncer de recto, única en América Latina que permite aumentar la sobrevida de los pacientes y mejorar su calidad de vida, informó el doctor Ángel Herrera Gómez, director general Adjunto Médico de esta institución.
En conferencia de prensa, el doctor Herrera dio a conocer los detalles de esta intervención quirúrgica por el método laparoscópico, denominada inter-esfintérica, que evita que el paciente presente complicaciones o le practique de otro tipo de cirugías.
Precisó que Alberto Santoyo, uno de los pacientes que se benefició con esta cirugía, evoluciona favorablemente y goza de «una excelente calidad de vida, sin necesidad de usar estoma, tiene una correcta función anal«.
El doctor Herrera indicó que este tipo de abordaje sólo se puede realizar por personal altamente capacitado en técnicas avanzadas de cirugía de mínima invasión, y contar con equipo de primera generación, por lo que se practica en pocas instituciones del sector salud en el mundo.
Hace casi año y medio, Mario Alberto Santoyo, de 59 años de edad y de profesión fotógrafo, ingresó al Instituto con dolor abdominal vago, estreñimiento y sangrado en las evacuaciones, con pérdida de peso de ocho kilogramos.
Durante la exploración se detectó al tacto rectal un tumor a dos centímetros del margen anal ulcerado, después de varios estudios se diagnostica cáncer de recto denominado Adenocarcinoma de Recto Tercio Inferior Localmente Avanzado.
El paciente es sometido a tratamiento neo adyuvante con quimio radioterapia concomitante, para disminuir la recurrencia y mejorar la supervivencia.
Posteriormente, dijo, se procedió con la cirugía preservadora de esfínter con mínima invasión, debido a que tuvo un abordaje trans-anal laparoscópico, con lo que se evitó que el paciente fuera sometido a una colostomía.
En su oportunidad, el señor Mario Alberto Santoyo presentó su testimonio y agradeció a l INCan la atención oportuna que le permitió no sólo salvar su vida, sino también mejorar su calidad de vida, y después de seis meses de la cirugía se reincorporó a sus actividades normales.