La erupción del Volcán de Fuego, que se inició el 3 de junio de 2018, ha causado hasta el momento 75 muertes y hasta el momento hay casi 200 desaparecidos. Unas 3 mil personas han sido desplazadas a albergues en la zona. Se estima que más de un millón y medio de personas han sido afectadas por este desastre natural en los departamentos de Chimaltenango, Sacatepéquez y Escuintla.
Un equipo técnico de Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) Guatemala junto a su Representante en el país, Dr. Oscar Barreneche, recorrieron este 6 de junio de 2018 el área de salud y uno de los albergues para conocer las necesidades de acceso agua y saneamiento, medicamentos y de salud mental de las personas afectadas por la erupción del Volcán de Fuego.
“Nos ponemos a disposición inmediata del Ministerio de Salud para apoyarlos en lo que ellos necesiten. Basados en la solicitud de la Directora del Área de Salud de Escuintla, donaremos un equipo para análisis para calidad microbiológica de agua para consumo humano. También brindaremos material estéril para el manejo de personas quemadas para hospitales que estén atendiendo la emergencia y kits de higiene familiar para los albergues en Escuintla” indicó el Dr. Oscar Barreneche, Representante de OPS/OMS en Guatemala durante la visita al albergue del Instituto Simón Bergaño y Villegas, donde en este momento hay unas 300 personas evacuadas.
Respuesta de OPS/OMS ante erupción del volcán de Fuego en Guatemala
Entre estas personas está Mirna, de 37 años, que se encuentra en el albergue junto a su esposo y 3 hijos de 9, 5 y 2 años. El domingo 3 de junio de 2018, poco antes de la erupción, su esposo Selvin estaba a punto de salir a jugar fútbol. Los ruidos del volcán parecían ser los mismos de siempre, relató.
“De repente cuando salí de casa se puso una nube negra y todo lo que veía era humo. Ahí supe que lo que pasaba no era normal. Agarramos lo que pudimos, tomé a mis hijos y salimos hasta la iglesia. En el camino, el humo ya no dejaba ver nada y llovía mucha arena y ceniza, veía gente llorando mientras corrían. Mis hijos estaban asustados y me decían que no querían morir”.
Selvin volvió a ver su casa el 5 de junio y se encontró con un panorama desolador. “Perdí a 28 familiares entre primos, tíos y sobrinos, los encontré a todos en la morgue,” relató llorando.
“El suelo aún se siente caliente y la milpa, que era nuestro sustento y que alimentaba a mis hijos, quedó sepultado bajo la arena del volcán. Lo único que me da fuerzas para seguir es que mis hijos están con vida”, concluyó Selvin.
La OPS/OMS continua acompañando al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social en todas las necesidades que se presenten, con el objetivo de garantizar una respuesta del sector de la salud de calidad en la emergencia.
