La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa, inflamatoria y desmielinizante que afecta al Sistema Nervioso Central; se daña la capa de mielina que cubre las fibras nerviosas, lo que impacta de distintas formas a los pacientes.

Actualmente, se desconoce la causa exacta de esta enfermedad, pero se sabe que se trata de un daño anormal en el sistema inmunológico. En el caso de las enfermedades autoinmunes, el organismo ataca al propio cuerpo.

La mayoría de los pacientes sufren inicialmente de ataques neurológicos o brotes de los que pueden recuperarse total o parcialmente, y puede provocarse cierto grado de discapacidad o secuela del mismo, haciendo que la recuperación de los brotes sea menor y la discapacidad empiece a acumularse [1],[2].

En cuanto a los síntomas, pueden variar en cada paciente. Algunas de las manifestaciones típicas de la EM incluyen:

• Disminución de la visión de uno o ambos ojos
• Sensibilidad o debilidad en las extremidades
• Temblor y ataxia (dificultad de coordinación de movimientos), que se presenta en el 75% de los casos
• Fatiga
• Problemas para caminar o para mantener el equilibrio
• Vejiga neurogénica o disfunción urinaria

En México la EM constituye la principal causa de discapacidad neurológica no traumática entre adultos jóvenes. La edad de inicio oscila entre los 20 y 40 años y hay una incidencia mayor en mujeres que en hombres, con una relación de 2:1. Adicionalmente, se ha detectado que conforme más se aleje del ecuador, la frecuencia es mayor, por tanto, en los estados del norte del país existen más personas que sufren de esta enfermedad.

La EM es una enfermedad progresiva, y debe ser atendida de manera oportuna y adecuada para evitar el deterioro y el incremento de las afectaciones tempranas con manifestaciones irreversibles. Por ello, su diagnóstico depende en gran parte de la documentación de eventos neurológicos separados por tiempo y espacio, y se apoya en estudios paraclínicos como la resonancia magnética y exámenes de laboratorio [1].

Es importante destacar que, aun cuando se sabe que la Esclerosis Múltiple no es curable, sí existen tratamientos cada vez más novedosos que han logrado mejorar la calidad de vida de los pacientes de manera significativa. En este caso, TEVA México desarrolló un fármaco innovador ya que cuenta con la sustancia activa Acetato de Glatiramer, la cual ha demostrado su eficacia en millones de pacientes con Esclerosis Múltiple a lo largo del mundo; además de simplificar el tratamiento a sus pacientes, cuenta con una combinación de aminoácidos similares a los que forman la mielina natural, actuando como un inmunomodulador, que media la respuesta inmune y evita así la destrucción de la mielina.

Con información proporcionada por TEVA Pharmaceutical Industries[.]

Referencias

1. Domínguez Moreno. Esclerosis Múltiple: Revisión de la literatura médica. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM.
2. Unidad 1. Generalidades de la Esclerosis Múltiple.