Las y los investigadores analizaron encuestas en línea en las que participaron 153 mujeres que habían sufrido una muerte neonatal tardía (en o después de las 28 semanas de embarazo) en el mes anterior y 480 mujeres con un embarazo en curso en el tercer trimestre o que habían dado a luz recientemente a un bebé nacido en el mismo período.
[/media-credit] Las y los investigadores exploran cómo los hábitos de sueño maternos, incluidos largos períodos de sueño sin despertarse más de una vez en la noche, pueden asociarse con la salud fetal.
Sus hallazgos, aparecen en la revista Birth, en donde se sugiere una asociación entre largos períodos de sueño materno no perturbado y muerte neonatal que fueron independientes de otros factores de riesgo. Pero los investigadores advierten que se necesita más investigación para comprender mejor la relación y lo que significa para las mujeres embarazadas.
«Las mujeres embarazadas a menudo informan que se despertaron y se levantaron a media noche«, dice la autora principal Louise O’Brien, Ph.D., MS, investigadora de la Universidad de Michigan en la División de Medicina del Sueño, Departamento de Neurología y Departamento de Obstetricia y Ginecología de Michigan Medicine.
«Si bien despertarse en múltiples ocasiones durante la noche pueden preocupar a algunas mujeres, en el contexto de la muerte neonatal parece ser protector«.
O’Brien explica que se necesitan más estudios para profundizar en lo que puede impulsar la relación entre el sueño materno y la muerte neonatal, con un enfoque particular en cómo el sistema nervioso autónomo, el sistema de control que regula la función corporal, y el sistema hormonal se regulan durante el sueño. el embarazo.
Ella anota que la presión arterial alcanza su punto más bajo durante el sueño, pero cuando alguien se despierta, hay un aumento en la actividad del sistema nervioso que causa aumentos transitorios en la presión arterial. Es posible que estos breves incrementos en la presión arterial puedan ayudar prevenir largos períodos de presión relativamente baja. Esto es importante, dice O’Brien, porque la presión arterial baja se ha relacionado con problemas de crecimiento fetal, parto prematuro y muerte neonatal.
O’Brien también advierte que «las mujeres embarazadas no deben despertarse por la noche«. El sueño muy perturbado también se ha asociado con malos resultados del embarazo, incluida la restricción del crecimiento y el crecimiento prematuro.
Ella señala que si bien ya existe evidencia que sostiene que los trastornos del sueño clínicos y del sueño muy alterados se asocian con malos resultados en el embarazo, pocos estudios han analizado el extremo opuesto del espectro, como los largos períodos de sueño sin trastornos.
«Nuestros hallazgos se suman a la investigación que indica que el sueño materno desempeña un papel en el bienestar fetal«, afirma. «Los estudios que buscan reducir la muerte neonatal deben considerar el sueño materno, ya que este es un factor de riesgo potencialmente modificable. Comprender el papel del sueño materno puede ayudarnos a identificar intervenciones que nos permitan estar en una mejor posición para asesorar a las mujeres«.
La muerte neonatal afecta aproximadamente a 1 de cada 160 embarazos en los Estados Unidos, Con aproximadamente 24 mil bebés nacidos muertos en el país cada año, 10 veces más muertes que se producen por el síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS, por sus siglas en inglés Sudden Infant Death Syndrome). Alrededor de la mitad de todas las muertes fetales ocurren después de 28 semanas de embarazo y muchas permanecen sin explicación.
Las tasas son incluso peores en los países de bajos ingresos, pero la tasa de muerte neonatal en los Estados Unidos es aún más alta que en muchos otros países occidentales
El tabaquismo, la edad materna avanzada, la diabetes, la obesidad y el abuso de drogas se encuentran entre los factores de riesgo bien establecidos para la muerte neonatal. Las prácticas de sueño materno, sin embargo, cubren un área de investigación relativamente nueva.
El nuevo estudio sigue otra investigación que analiza los posibles vínculos entre el sueño materno y el bienestar fetal en los últimos años, incluidos estudios que sugieren que las mujeres que informan que duermen boca arriba tienen un mayor riesgo de muerte fetal. Si bien el estudio actual preguntó sobre la posición del sueño materno, no suficientes mujeres informaron haber dormido sobre sus espaldas para realizar un análisis significativo.
«El sueño materno ha sido pasado por alto como un área potencial para las intervenciones de salud materna y neonatal a pesar de que está relacionado con muchos de los principales factores de riesgo bien establecidos para los malos resultados del embarazo. Hasta hace poco, no ha estado en el radar de la investigación de la muerte fetal«, dice O’Brien.
«Muchos factores de riesgo para la muerte fetal no pueden modificarse una vez que el embarazo ha comenzado. Pero deberíamos considerar todas las posibles intervenciones que puedan prevenir malos resultados. El progreso en la reducción de las muertes fetales ha sido lento, pero la muerte fetal es un problema de salud global urgente que debería estar en el centro de más programas de investigación«[.]
