Continuando con el tema del incremento de la violencia que están padeciendo las mujeres y en general lo femenino a manos de los hombres y lo masculino, hay una variante que exploraré brevemente: La violencia entre las mujeres. Me parece que la ventaja es que se abre un panorama más amplio en cuanto a las razones por las que surge.

He compartido ideas acerca de algunos de los orígenes psicológicos más profundos de la violencia y de cómo en la evolución de las civilizaciones se ha presentado la influencia y la lucha de las energías matriarcales y patriarcales por tener la supremacía. Aquéllas por recuperar lo que les perteneció tiempo atrás y éstas por no perder lo que en apariencia todavía es suyo.

[fa-left]fas fa-book fa-5x[/fa-left]Para tratar el tema he utilizado alguna evidencia literaria de los escritos de Platón, en particular de EL BANQUETE cuyo tema central es el amor y en donde se dice que todo empezó con el miedo de los dioses a que los seres humanos pudiéramos ser iguales que ellos y la solución propuesta por Zeus fue dividirnos. El resultado fue que lo complementario se tornó en opuesto y comenzaron los problemas entre esas dos partes que antes convivían pacífica y amorosamente. La autosuficiencia de los seres humanos se terminó puesto que lo femenino y lo masculino solamente conservaron sus propias características.

Con el paso del tiempo los seres humanos fuimos olvidando que antes de ser dos fuimos uno, y la nostalgia de estar completos percibida inconscientemente se convirtió en una enorme motivación para recuperar esas partes que desaparecieron de la consciencia pero que siguen habitando en nuestro interior. Para descubrirlas y conocerlas contamos con las personas de nuestro mismo sexo que como espejos reflejan lo que permanece oculto y no alcanzamos a ver.

Todas las características tanto positivas como negativas que nos hacen falta en la consciencia, están reprimidas o suprimidas y son identificables porque nos molestan demasiado o porque las admiramos en los demás.

Ahora bien, para podernos relacionar con los demás creamos una figura hasta cierto punto falsa (imagen ideal) que en términos utilizados en la psicología analítica se denomina persona [1] y se forma con las actitudes, formas de hablar y expresarse, manera de vestir y lucir ante los demás para que éstos crean que así somos y seamos tratados en consecuencia pero existen riesgos.

El principal es que lleguemos a creernos lo que aparentamos ser y por lo tanto nos olvidemos de quiénes somos en realidad, con la reserva de que seguirán apareciendo en el transcurso de nuestras vidas cosas nuevas.

Eso que no queremos que los demás sepan de nosotros y que vamos suprimiendo (acto consciente) porque no encaja en nuestra imagen ideal es dirigido fuera de la consciencia hacia un sitio sombrío al que pocas veces acudimos pues la oscuridad nos causa temor desde que somos pequeños [2]. Por tal razón, todas esas cosas que nos pertenecen psicológicamente y que desaparecen de nuestra consciencia, reciben el nombre de Sombra.

Así las cosas, el conflicto entre la persona y la sombra es tan profundo que resulta imposible que un ser humano no lo tenga que enfrentar durante el transcurso de su vida.

[fa-left]fas fa-landmark fa-5x[/fa-left]De hecho hay varios mitos que describen el conflicto y especialmente el que ocurre entre 2 representantes del género femenino, Atenea y Medusa.

La historia de lo que ocurrió entre ellas sigue vigente a pesar de los años transcurridos y es más o menos la siguiente:

Atenea, es la diosa griega hija de Zeus y Metis pero como aquél se tragó a su esposa vino al mundo saliendo de la cabeza de su padre que al no soportar el dolor de cabeza, le pidió a vulcano que hiciera algo y éste le dio a Zeus un golpe de hacha del que surgió la diosa con 20 años de edad y ataviada con una armadura.

Como su padre era el dios más poderoso y su madre la más lista y sabia entre los dioses, Atenea era una combinación de los dos, esto es, una diosa en la que el poder y la sabiduría estaban armoniosamente entrelazadas.

Por otro lado, Medusa era una joven aldeana devota de Atenea tan bella que su fama comenzó a esparcirse por el reino lo que hizo que se atrevió a insinuar que su belleza era mayor que la de la diosa. Un día en que Medusa estaba en el templo de Atenea, apareció Poseidón (hermano de Zeus y Dios del mar) quien la violó.

Cuando Atenea se enteró del suceso, no pudo castigar al dios y descargó toda su ira en Medusa a la que transformó su piel, le quitó la voz y le dio el poder de convertir en piedra a todo aquél que la mirase en forma directa.

La historia anterior ilustra varios puntos:

1. Hay dos mujeres con orígenes opuestos
2. Una tiene más desarrolladas sus energías masculinas
3. La otra sus energías femeninas
4. Una es la sombra de la otra y viceversa
5. Hay una comparación que en fondo reclama o presume la igualdad o hasta superioridad
6. La más poderosa castiga a la más débil en lugar de desquitarse o castigar a quien tendría
7. La más débil no puede sino sentir toda su impotencia ante la fuerte
8. Si alguien mira directamente a los ojos de la castigada, despertará su ira y lo paralizará pues resulta muy dolorosa la verdad y teme volver a ser traicionada.

El mito muestra la violencia entre dos seres femeninos y lo que puede ser más triste todavía, es que una mujer puede ser igualmente violenta con ella misma.

Es importante traer a la consciencia todo eso que “odiamos” en alguien de nuestro mismo sexo.

* El término bitchiness describe la actitud con que una mujer puede agredir a otra “como una perra”[.]