“Es una enfermedad que padecen más los niños que las niñas de entre 2 y 7 años, debido a que la madurez en cuanto a continencia urinaria se refiere, es mucho más rápida en las mujeres que en hombres” comentó el Dr. Salvador Cuevas, Urólogo Pediatra Adscrito al Servicio de Urología del Centro Médico Nacional «La Raza» del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Es un problema que llega a afectar hasta los 10 años, y va disminuyendo en un 25% por cada año de vida a partir del momento en que se presenta el padecimiento. Se sabe que a los 7 años, el 9% de niños y 6% de niñas aún padecenenuresis nocturna. Es un problema que se resuelve generalmente.
Los factores que influyen para que un niño pueda padecer esta enfermedad son muchos, por lo regular pueden ser:
- Edad
- Factores anatómicos, como defectos a nivel espinal (mielomeningocele, meningoceles anteriores, tumores espinales, disrrafias espinales, etc.).
- Factores adquiridos (traumatismos con sección medular, radiación medular por tumores, secuelas post-cirugía espinal, entre otros).
- Factores social-traumáticos como divorcio de los padres, violencia intrafamiliar, eventos traumáticos (secuestros, violaciones), cambio de escuela o domicilio.
Puede pasar desapercibida o se puede interpretar como rebeldía del niño contra algo que le molesta o afecta. En algunos casos, los padres llegan a castigarlos y, en casos extremos, llegan hasta los golpes, logrando únicamente agravar el problema y deteriorar aún más la autoestima del niño.
La falta de información llega a provocar que se considere que la enfermedad es sólo un problema psicológico, sin embargo lo primero que se debe analizar son los factores físicos que pueden provocarla. De ahí que una visita con el urólogo pediatra sea indispensable.
La forma en que el niño enfrente la situación, dependerá del apoyo que reciba de su familia y de su entorno en general. En casos graves, se observan niños introvertidos, con tendencias depresivas, de invalidez o bien, violentas.
“El tratamiento debe de ser psicológico con terapia familiar, además de tratamiento médico a base de identificar la causa específica que desencadena el problema y los factores que la agravan, así como descartar cualquier malformación anatómica, de funcionamiento vesical y de vías urinarias (urodinamia).
Posteriormente, se enfocará el tratamiento dependiendo de cada caso en particular, en ejercicios de rehabilitación e higiene vesical. Se reforzará la autoestima, calendarios de días secos y húmedos, se deberá premiar los logros, alarmas de humedad, y auxiliarse de un tratamiento farmacológico el cual puede ser desmopresina” dijo el Dr. Salvador Cuevas, Urólogo Pediatra Adscrito al Servicio de Urología del Centro Médico Nacional «La Raza» del Instituto Mexicano del Seguro Social., por mencionar uno de los más importantes.