A diferencia del miedo que está relacionado con una situación específica y tangible, la ansiedad está vinculada con situaciones imaginarias que pueden suceder y que, probablemente, se generen por un estímulo real condicionado por las fantasías que se generan alrededor de lo que va a ocurrir. El aislamiento como el que estamos viviendo puede desencadenar depresión y ansiedad y es importante atenderlo a tiempo y prevenirlo, explicó la directora de la Licenciatura de Psicología de la Universidad Intercontinental, doctora Midelvia Viveros.
¿Cómo detectar una situación de ansiedad?
Existen algunos síntomas comunes que pueden presentarse en adultos, niños y jóvenes. Por ejemplo, entre otros:
- alteraciones en el sueño
- comer de más
- estar con sensación de irritabilidad
- sobrerreaccionar a determinadas situaciones
- tener sentimientos de apatía
- perder el interés por las cosas
- hipersomnia (mucho sueño)
- detectar falta de concentración, de atención
Las niñas y niños pueden presentar enuresis nocturna (incontinencia urinaria), manifestar rabietas o estar muy irritables.
En el caso de los adolescentes, existe la posibilidad de que busquen más aislamiento por lo que es importante tener cuidado con la forma de entretenimiento para evitar riesgos en el uso excesivo de las redes sociales o, en algunos casos, puede presentarse el incremento en el consumo de alcohol o sustancias psicoactivas.
La Dra. Viveros enfatizó al respecto y aclaró que “quien tiene una patología a priori a cualquier contingencia, se agravará y será más difícil detenerlo, lo importante es hacer prevención primaria: si yo normalmente no soy ansioso, no me siento fatigada, si no soy tan irritante, debo darle la importancia necesaria y atenderlo, no se debe tratar de justificar”.
En cualquier caso, es importante estar atentos a las manifestaciones mencionadas y hacer prevención primaria para revertirlo. Si se detecta que los hábitos están cambiando y que se presentan señales de ansiedad, lo más recomendable es estructurar la cotidianeidad; si los síntomas son incontrolables y la persona se percibe rebasada frente a estas conductas, se puede pedir ayuda a distancia y buscar apoyo psicológico para recibir contención y delinear las estrategias a seguir de manera personal.
La Dra. Viveros comentó, que “es importante identificarlo, hacerle frente y darle la justa dimensión a las cosas, evitemos saturarnos con tanta información, tenemos que hacer caso a los sitios oficiales” y explicó que cuando se altera la estructura cotidiana es probable sentir ansiedad y posteriormente depresión. Algunas personas son más susceptibles que otras; y destacó que es muy importante mantener nuestra cotidianeidad en la medida de lo posible, por ejemplo: “al levantarte para iniciar un trabajo en línea, es importante seguir los hábitos cotidianos: arreglarte, cambiarte, desayunar y después ponerte a trabajar, seguir las rutinas de inicio y término de actividades, otro ejemplo sería comer en los horarios habituales y algo que es importante subrayar es mantener la higiene del sueño y realizar actividades para ejercitarse lo que contribuirá a una mejor salud física y mental”, puntualizó la académica.
Al mencionar el tema de la convivencia familiar, sugirió ser cuidadosos con los espacios, respetarlos, y detalló que una crisis es una oportunidad de generar esquemas diferentes de convivencia como empezar a conversar y tener otras actividades que impliquen relacionarnos tú a tú con las personas con las que vivimos.
Por último, comentó que “en la vida siempre vivimos con incertidumbre, pensamos que tenemos todo controlado y no es así, si algo es cierto en nuestra vida, es la incertidumbre. No tenemos la certeza de cuántos años viviremos o si no vamos a perder el trabajo, sin embargo, al tener una estructura cotidiana, que nos da estabilidad, nos hace pensar que estamos ciertos en todo, por lo tanto, es importante aprender que aún en la incertidumbre, podemos generar certeza en nuestras vidas con nuestros propios recursos, eso nos hará sentirnos más tranquilos”[.]