México es un país con incidencia lumínica todo el año; es decir el resplandor de la luz artificial en la atmósfera altera las condiciones naturales y sí, esto afecta de forma considerable a la naturaleza y aunque no lo creas, también a nuestra piel.
En la epidermis, la capa más superficial de la piel, encontramos melanocitos y queratinocitos. Los melanocitos producen melanina, encargada de generar pigmento como parte de una respuesta protectora que se activa con fuentes de calor; es decir: rayos UV, el calor de la estufa, la refracción de luz, el calor que se siente al estar horas en el tráfico dentro del coche, entre otras.
El mexicano tiende a pigmentarse en tonos marrón como parte de esta respuesta protectora generando desde máculas, pecas, melasma y fotoenvejecimiento que forman parte de las hipercromías.
El uso de un protector solar dentro y fuera de casa es elemental para evitar estas manchas; sin embargo, la piel tiene memoria y aunque decidamos cuidarla después de los 25 años, los daños previos se reflejarán en nuestra vida adulta.
Y es que, para los mayores de edad, el uso de un protector solar no era indispensable porque un tono bronceado denotaba belleza.
Ahora que somos más conscientes del daño que genera la exposición solar buscamos algo que unifique nuestro tono evitando esos manchones marrones en el rostro, en el cuello, en el pecho e incluso en zonas como rodillas, codos y entrepierna, que, aunque no tienen exposición solar constante, son zonas de fricción cuyo calor activa los melanocitos oscureciéndolas.
Seguramente has escuchado de un sinfín de tratamientos que aseguran eliminar las manchas solares en un instante, falsas promesas que suenan ideales ante la desesperación de eliminar esta pigmentación ocasionando daños desde la epidermis hasta las capas más profundas de la piel.
En cuanto a tecnología cosmética, la clave del éxito está en ser pacientes y constantes, ya que el desacelerar o disminuir la transferencia de melanina requiere tiempo. Por ello, debes empezar a cambiar tus hábitos. Beatriz Magrassi, dermocosmiatra de Suzanne Olivier, trae para ti los siguientes consejos:
Utiliza FPS 30+
La única diferencia de utilizar factor de protección solar en interior y en exterior, es la frecuencia de aplicación. Si vas a pasar tiempo bajo el sol (incluso dentro del auto) se recomienda que lo apliques cada 3 horas. Si estarás en interior frente a tu computadora, celular o incluso frente a la estufa, aplícalo una vez al día.
La técnica de aplicación es importante, ya que muchos se embarran el producto en el rostro hasta eliminar la capa blanca del protector, haciendo que la barrera de protectora se rompa y no tenga un funcionamiento correcto. Lo ideal es aplicarlo de forma uniforme con las palmas de las manos por todo el rostro ejerciendo una ligera presión en la piel.
Si ya tienes manchas, busca productos con concha nácar
El uso de este elemento natural es legendario para el problema de pigmentación en la piel, además junto con el ácido láctico y el pepino crean una formula capaz de atenuar paulatinamente manchas causadas por la edad, cicatrices, sol, entre otros.
Todos los productos para disminuir manchas en la piel contienen elementos fotosensibles, por lo que de día se recomienda aplicar la crema y después el factor de protección solar y de noche, antes de dormir y después de haber realizado tu rutina de limpieza facial. Es importante que revises que el producto tenga un tomo nacarado para asegurarte que realmente contiene dicho ingrediente.
Exfoliación dos veces por semana
El grosor de la piel es resultado de los queranocitos que se encuentran en la epidermis y es resultado de una agresión hacia la piel que va de la mano de los melanocitos, que son los que pigmentan y causan manchitas ante la exposición a una fuente de calor.
Para evitar el aumento de grosor, es necesario eliminar las células muertas de la piel y esto se puede realizar con una exfoliación suave dos veces por semana y con la aplicación de mascarillas.