La clave para que en el futuro sea posible reparar tejidos perdidos o dañados en el ojo, reside en entender el encendido de las funciones específicas de una de las cinco capas que conforman a la córnea, conocida como epitelio corneal.
Conforme a la investigación que realiza el Dr. Federico Castro-Muñoz Ledo, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), “el epitelio corneal tiene una gran capacidad de regeneración, por lo que se podrían reparar algunos daños provocados en otros tejidos e incluso prescindir de trasplantes”.
En esta investigación que tiene lugar en el Departamento de Biología Celular del Cinvestav, se estudian células madre en la córnea humana para desarrollar terapias regenerativas en el ojo, de manera que además de evitar los trasplantes de córnea, se desarrollen tratamientos contra cataratas o retinopatía diabética, que es la enfermedad de la diabetes que provoca ceguera.
“En el epitelio corneal se encuentran células madre, también conocidas como stem o troncales, que le permiten al epitelio recuperarse en caso de daño ocular”.
El investigador explicó que como hay una diferenciación en las funciones de las células, esto determina que cada una exprese las funciones para las cuales está determinada, por lo que unas células pueden funcionar como parte de un músculo y otras como parte de un hueso o tejido.
En la investigación que realiza, se hacen trabajos para modificar el limbo o límites de la funcionalidad de estas células, como la conjuntiva (membrana que tapiza los párpados), que participa en la reparación de la superficie ocular.
“Esto conlleva a una alteración de la córnea que puede culminar con la pérdida de su transparencia”, sin embargo, dijo, “bajo ciertas condiciones las células encienden un programa de diferenciación específico para convertirse en un tejido especializado”.
Explicó que en el organismo humano los epitelios participan en diversos órganos y sistemas del cuerpo, como es el caso del epitelio intestinal que se encarga de transportar nutrientes del intestino hacia el resto del cuerpo y participa en los mecanismos de absorción del agua. Asimismo, en la epidermis (piel) el epitelio funciona como una barrera para evitar infecciones, además de que constituye la primera zona de defensa del cuerpo y evita la pérdida de líquidos.
Por eso destacó que esta investigación requiere de encontrar y comprender cómo se encienden los diferentes programas de diferenciación disponibles en una célula troncal, a fin de que se puedan inducir en el laboratorio la aparición de tejidos específicos.
Con ello a futuro sería posible desarrollar terapias para modificar los procesos en la reparación de tejidos del ojo, donde las células sten o troncales se utilizarían como base de terapias génicas o en ingeniería de tejidos.