Son infecciones virales de la piel producidas por el Virus del Papiloma Humano (VPH). Se pueden presentar como “mezquinos” en las manos, como verrugas planas en la cara, en los pies como “ojo de pescado”, y en forma de condilomas en los genitales.
“Se contagia teniendo contacto con una persona infectada. Las personas que se muerden las uñas, los niños que se quitan los “pellejitos” de los dedos y que se rascan mucho, son más propensos al contagio. Además, este virus aprovecha para aparecer cuando nuestro sistema inmunológico baja”, asegura la Dra. Rosa María Ponce.
Frecuentemente se les confunde con fibromas, que son esos nebos o lunares que se ubican en el cuello o brazos, pero que en realidad son tumores benignos.
Tratamiento
Se retiran a través de métodos destructivos, a través de criocirugía o de productos que gradualmente las eliminan. También se recurre a la utilización de un tratamiento inmunológico para que el cuerpo haga sus propias defensas.
“El estrés hace que disminuya el umbral de comezón, lo que favorece el desarrollo de la dermatitis atópica. Esta reacción fisiológica inhibe nuestro sistema inmunológico, y por lo tanto nos hace vulnerables al contagio de verrugas. Además, cuando nos estresamos, producimos más cortisol para mantenernos activos, pero esta sustancia aumenta la producción de grasa y, por lo tanto, aparece el acné”, concluye el Dr. Gutiérrez Bravo.
La piel es un órgano de choque, en ella se reflejan nuestras emociones y el estrés diario. Depende de nuestro estado de ánimo y de visitar a un dermatólogo regularmente, para que tengamos una piel saludable.
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