Las mujeres que orinan con frecuencia, ocho veces al día o más, y que en la noche van al menos tres veces por ese motivo, pueden ser candidatas a un diagnóstico de vejiga hiperactiva, una enfermedad que provoca severos trastornos porque limita la vida familiar, social y sexual.
La incomodidad, molestia y hasta vergüenza que provoca este padecimiento resulta el polo opuesto de lo que significa atenderlo, porque se cuenta con tratamientos de gran eficacia que cambian diametralmente tantas complicaciones.
“Indudablemente la vejiga hiperactiva es un padecimiento que afecta totalmente la calidad de vida, además de que se puede presentar a cualquier edad y en ambos sexos, sin embargo es más frecuente en mujeres”, indica el Dr. José Luis Campos Contreras, urólogo y profesor adjunto de Nosología y de la Clínica de Urología en la Escuela Médico Militar.
El incremento en la frecuencia urinaria es de los principales síntomas de la enfermedad, cuando se va más de ocho veces diarias y que llegan a ser hasta 60, con una sensación de urgencia que puede presentarse con dolor abdominal o perineal, el cual disminuye regularmente al vaciar la vejiga.
El dolor abdominal se presenta severo y la aceleración de los síntomas en los días previos y durante el periodo menstrual, también se agudizan con los momentos de gran estrés, advierte el especialista.
También se destaca la presencia de problemas emocionales como sentimientos de humillación personal, vergüenza ante si mismo, además de reacciones de inseguridad, inhibición afectiva, ansiedad, depresión y tristeza.
No se puede pasar por alto que el padecimiento también provoca inhibición de la sexualidad, además de la sensación de incapacidad para enfrentar problemas cotidianos e induce al aislamiento social.
Por ello resulta de gran importancia descubrir el factor desencadenante del padecimiento, lo cual es posible ante un especialista médico y contar con un diagnostico preciso para obtener el mejor tratamiento y recobrar o mejorar la calidad de vida.
Las terapias con toxina botulínica tipo A, además de que ayuda a disminuir los efectos secundarios causados por medicamentos orales que regularmente se administran para estos casos, ofrece beneficios para prevenir las contracciones involuntarias de la vejiga, las cuales provocan perdida de orina, que es otro factor cuando las reacciones de micción son tan frecuentes que el paciente llega al punto de que no tiene nada qué vaciar.
De esta manera, las terapias con esta sustancia que las mujeres identifican popularmente como “botox” y asocian su uso para acondicionamiento estético, en su aplicación para aliviar la vejiga hiperactiva permite a la paciente comprimir normalmente la vejiga y favorece el apego al tratamiento oral, porque su aplicación sólo se realiza una vez al año.