Embarazo y parto
Creciendo en los brazos de mamá
Todas las madres hemos sentido en algún momento la necesidad de cargar a nuestro bebé recién nacido contra nuestro cuerpo. Este sentimiento es completamente instintivo y usualmente le hacemos caso, excepto cuando la vecina nos dice el viejo consejo: «¡Vas a embracilar a ese niño!», y entonces nos sentimos culpables y corremos a dejar al bebé en su carreola. Al acostarlo, lo más probable es que el bebé llore, pues había estado cómodo y seguro entre nuestros brazos y muy a gusto con el vaivén de los movimientos, escuchando de cerca nuestra respiración y corazón, casi como cuando estaba dentro de nosotras. (más…)