En la 72ª Asamblea Mundial de la Salud, este 24 de mayo de 2019 los Estados miembros acordaron una nueva estrategia global en materia de salud, medio ambiente y cambio climático: la transformación necesaria para mejorar las vidas y el bienestar de forma sostenible a través de entornos saludables. La estrategia brinda una visión y un camino hacia cómo el mundo y su comunidad de salud deben responder a los riesgos y desafíos para la salud ambiental hasta 2030.
Los riesgos incluyen factores ambientales físicos, químicos, biológicos y relacionados con el trabajo.También acordaron un plan de acción sobre el cambio climático y la salud en los pequeños Estados insulares en desarrollo. El plan tiene 4 líneas estratégicas de acción:
- Empoderamiento (apoyo al liderazgo en salud en los pequeños Estados insulares en desarrollo);
- Evidencia (construyendo el caso para fomentar la inversión);
- Implementación (preparación para los riesgos climáticos, adaptación y políticas de mitigación que promueven la salud);
- Recursos (facilitando el acceso a las finanzas del clima y la salud).
Enfermedades no transmisibles
Los Estados miembros acordaron una resolución para acelerar y ampliar la acción para prevenir y tratar las enfermedades no transmisibles, principalmente el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardíacas y pulmonares; y para cumplir los objetivos mundiales para reducir el número de personas que mueren jóvenes por causa de estas enfermedades.
Las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte prematura: la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 15.2 millones de personas murieron en 2016, de entre 30 y 70 años, debido a una de estas condiciones.
La Asamblea de la Salud escuchó que, por primera vez desde la reunión inicial de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre las Enfermedades No Transmisibles en 2011, hay indicios prometedores de que los resultados de salud están mejorando gracias a la acción sobre estas enfermedades. Estos indicios incluyen una tendencia a la baja en la prevalencia del consumo de tabaco, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y la presión arterial elevada.
Las intervenciones de tratamiento, incluso para la hipertensión, también han progresado a través del fortalecimiento de los servicios de atención primaria de salud. También ha habido un aumento en el número de países con estándares nacionales para el manejo de las enfermedades no transmisibles principales a través de un enfoque de atención primaria.
A finales de este año, la OMS publicará una nota técnica que establecerá indicadores para que los países midan anualmente el progreso de los compromisos adquiridos en la Asamblea General de las Naciones Unidas para abordar las enfermedades no transmisibles e incluirlos en los informes al Secretario General de las Naciones Unidas[.]