Estreñimiento, aumento en el volumen del abdomen, dolor abdominal, aumento de peso o necesidad de orinar con mayor urgencia o más frecuentemente son algunos de los síntomas de cáncer de ovario, una enfermedad silenciosa, difícil de identificar debido a que los signos de alerta se confunden con enfermedades digestivas.
En México, representa la segunda causa de muerte por cáncer ginecológico. Se calcula que el 63% de las mujeres afectadas con cáncer de ovario tienen entre 40 y 59 años. Además, muchas de ellas tienen un diagnóstico tardío, lo que significa que su tasa de supervivencia a cinco años será alrededor del 35%. Sin embargo, si se detecta en fases más tempranas, la curación va del 60 al 90 por ciento.
El cáncer de ovario es una enfermedad silenciosa, ya que no es fácil identificar los síntomas y muchas veces se confunden con síntomas de enfermedades digestivas. Por esa razón, se debe crear consciencia entre las mujeres y la comunidad médica de la importancia de realizar un ultrasonido transvaginal cada seis meses después de los 35 años, cuando hay un historial familiar de cáncer de mama, ovario o colon y a partir de los 40 años en mujeres con síntomas digestivos tales como, la colitis, que abarca la distención abdominal, dolor abdominal o pélvico, molestias urinarias. La colitis no es diagnosticable a través del Papanicolau.
La Dra. Dolores Gallardo, oncóloga y responsable del programa de cáncer de ovario del Instituto Nacional de Cancerología, mencionó que “las pacientes antes de llegar a la institución son tratadas con frecuencia como si padecieran colitis, cistitis, parasitosis, endometriosis y enfermedad pélvica inflamatoria. Sin embargo, es importante resaltar que cuando los primeros síntomas se presentan, el cáncer ya está avanzado, por ello la importancia de utilizar métodos de diagnóstico adecuados”.
De igual forma, agregó que “algunos de los síntomas del cáncer de ovario pueden ser estreñimiento, dificultad para comer y sentirse llena rápidamente, aumento en el volumen del abdomen, dolor abdominal o pélvico, saciedad, aumento de peso, necesidad de orinar con mayor urgencia o más frecuentemente, fatiga, ciclos menstruales anormales, dolor de espalda por razones desconocidas que empeora con el tiempo, sangrado vaginal que ocurre entre periodos y crecimiento excesivo del vello que es áspero y oscuro”.
Respecto a los tratamientos, la especialista afirmó que “el tratamiento actual está basado en cirugía, quimioterapia y en casos seleccionados, con anticuerpos monoclonales dirigidos a las mutaciones genéticas BRCA1 y 2”.
Las pacientes con una mutación genética BRCA1 y 2 tienen de 16 a 54% mayor riesgo de padecer la enfermedad. Para contextualizar, se estima que cerca del 1.3% de las mujeres a nivel mundial, padecerán cáncer de ovario. Adicional, se calcula que cerca de 44% de las mujeres que heredan una mutación de los genes BRCA1 y cerca de 17% de las mujeres que heredan una mutación de los genes BRCA2, padecerán cáncer de ovario en algún momento de su vida.
Para finalizar, la Dra. Gallardo resaltó que “es importante que si las mujeres detectan alguno de los síntomas soliciten un ultrasonido transvaginal a su médico ginecólogo. Si tienen historia familiar de cáncer de mama, ovario o colon, acudan a realizarse la prueba de las mutaciones BRAC1 y BRCA2 para que puedan prevenir o detectar a tiempo el cáncer de ovario.
Referencias