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Cada año, el 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, una fecha que busca crear conciencia sobre la importancia del cuidado integral de las personas que viven con esta condición. En 2025, el tema central, “La diabetes y el entorno laboral”, pone en el centro la relación entre el bienestar en el trabajo y el control de la diabetes.

En México, la Federación Internacional de Diabetes (FID) estima que 16.4% de la población adulta (de 20 a 79 años) vive con diabetes, lo que equivale a más de 13.5 millones de personas.
De ellas, siete de cada diez se encuentran en edad laboral, lo que convierte al lugar de trabajo en un punto estratégico para promover el autocuidado, la inclusión y la prevención.
Un entorno laboral que apoya la salud
Para Marisol Olarra, líder de entrenamiento y educación en embecta™ México, el entorno laboral debe ser un espacio donde la persona pueda cuidar su salud sin obstáculos:
“Cuando un espacio laboral permite que alguien con diabetes mida su glucosa o se aplique insulina con seguridad y dignidad, está fortaleciendo tanto el bienestar del colaborador como el compromiso organizacional.”
Entre los principales retos en los espacios laborales destacan la rigidez de los horarios, la falta de acceso a alimentos saludables y la ausencia de lugares adecuados para realizar controles de glucosa o aplicar insulina.
Estas carencias afectan la calidad de vida y también el desempeño profesional.
El impacto del estrés laboral en el control glucémico
El estrés relacionado con el trabajo puede tener un efecto directo en los niveles de glucosa.
Cuando el cuerpo percibe presión o fatiga prolongada, libera cortisol y adrenalina, hormonas que elevan el azúcar en sangre. Si este estado se mantiene, puede dificultar el control glucémico y aumentar el riesgo de descompensaciones.
De acuerdo con José Alberto Alejandre Lara, presidente del Workplace Wellness Council México:
“El estrés crónico reduce la motivación para mantener hábitos saludables. También fomenta conductas de riesgo, como saltarse comidas o dormir poco, lo que agrava el descontrol metabólico.”

Recomendaciones para empresas y colaboradores
Adaptar las condiciones de trabajo a las necesidades de las personas con diabetes no requiere grandes inversiones, sino sensibilización y voluntad organizacional.
Entre las estrategias más efectivas se incluyen:
- Permitir pausas para medir glucosa, comer o aplicar insulina.
- Habilitar espacios limpios y seguros para el manejo de medicamentos.
- Facilitar el acceso a opciones de alimentación saludable y actividades físicas.
- Ofrecer acompañamiento psicosocial y educación continua en diabetes.
- Implementar políticas de flexibilidad y campañas de sensibilización.
“Estas medidas reducen el ausentismo evitable y fortalecen la salud mental. Además, son costo-efectivas y mejoran la retención de talento”, señala Alejandre Lara.

La educación y el bienestar emocional también importan
El manejo de la diabetes implica más que controlar la glucosa: requiere educación, apoyo emocional y empatía.
Para Erika Backhoff Allard, psicóloga y educadora en diabetes, el entorno laboral tiene un papel decisivo:
“Reconocer las emociones y pedir apoyo a tiempo ayuda a prevenir la sobrecarga y mejora la adherencia al tratamiento. La empatía dentro del trabajo hace una gran diferencia», dijo.
Entre las señales de alerta más comunes están la fatiga persistente, la irritabilidad, los cambios en el sueño o el apetito, y la falta de atención al autocuidado.
Por lo que, recomienda como mecanismos de afrontamiento:
- Identificar y aceptar el estrés: reconocer las emociones ayuda a tomar acción a tiempo.
- Practicar pausas activas o respiración profunda: reducen la respuesta fisiológica al estrés.
- Mantener rutinas estables: horarios regulares para comer, dormir y monitorear la glucosa.
- Buscar apoyo: conversar con el equipo de salud, colegas o familiares sobre lo que se siente.
- Cuidar los pequeños hábitos: dormir bien, hidratarse, caminar unos minutos al día y evitar la multitarea excesiva.
Un llamado a la acción colectiva
Los especialistas coinciden en que el entorno laboral puede convertirse en un espacio clave para prevenir complicaciones y fortalecer la salud de quienes viven con esta condición.
Implementar políticas de inclusión, educación continua y cultura de empatía protege vidas y mejora la productividad.
“La diabetes en el trabajo nos exige actuar con sensibilidad y sentido práctico. Promover el bienestar es cuidar de las personas y también de las organizaciones”, concluye Olarra.





