Durante la pandemia por COVID-19, la digitalización fue un salvavidas para las mujeres en el mundo al permitirles cumplir con sus responsabilidades profesionales y mantenerse en contacto con su familia. Sin embargo, la consecuencia de esta tendencia es una frontera cada vez más delgada entre el trabajo y la vida familiar que han transcurrido en el mismo lugar durante la contingencia sanitaria.
En el estudio AXA Report on Women & Digital [1] se menciona que:
- 68% de las mujeres encuestadas trabajaron desde casa durante los confinamientos por la pandemia
- Más de la mitad (51%) señalaron la pérdida de privacidad como uno de los principales riesgos de lo digital, porque casi tres cuartas partes (73%) dijeron que fue difícil mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida privada, al hacerse cargo de tareas domésticas como cocinar, ir de compras o cuidar a los niños.
Aun así, las participantes ven claras oportunidades:
- aprender nuevas habilidades
- socializar
- simplificar sus vidas
Metodología
Para este tercer informe sobre el impacto de la enfermedad de COVID-19 en las mujeres, realizada por Grupo AXA, en asociación con la investigadora de mercado IPSOS, fueron 8 mil las entrevistadas de diferentes niveles sociales y económicos que viven en:
- Alemania
- Francia
- Italia
- México
- Nigeria
- España
- Tailandia
- Reino Unido
Cabe señalar que el primer estudio de la serie, abordó las consecuencias de la pandemia en la salud física y mental mujeres en el mundo, y el segundo trató sobre el impacto económico.
Principales puntos
AXA Report on Women & Digital [1] advierte que:
- Durante la pandemia, la digitalización ha permitido a las mujeres trabajar en casa; sin embargo, esto es un arma de doble filo. Por un lado, les da flexibilidad para en cumplimiento de sus tareas laborales y, por otro, aumenta la carga de sus responsabilidades, porque ya están haciendo más de lo que les corresponde en las tareas del hogar y el cuidado de los niños.
- El estudio deja claro que también enfrentan otros riesgos: la pérdida de privacidad, por ejemplo, y el abuso continuo en línea.
- 41% de las participantes teme perder sus trabajos debido a la mayor automatización, una tendencia acelerada por la pandemia actual. La cifra es más alta entre las mujeres jóvenes, menores de 29 años, y aquellas que trabajan en profesiones como administración o ventas. En los 3 países en desarrollo donde se aplicó la encuesta —México, Nigeria y Tailandia–, las mujeres también estaban preocupadas por el acceso reducido a la banca y las finanzas, con muchas oficinas y sucursales bancarias cerradas durante el momento más álgido de la pandemia y el confinamiento.
Mayor flexibilidad
Para las mujeres trabajadoras, la digitalización también ofrece una mayor flexibilidad, vital en un momento en que muchas tienen que cumplir con los compromisos laborales y del hogar. De las encuestadas:
- 40% eligió la “flexibilidad laboral y profesional” como una oportunidad que surge del mayor uso de lo digital
- 22% dijo que la enfermedad de COVID-19 abrió oportunidades para cuidar mejor su salud y bienestar, pero es mayor para las participantes de los países en desarrollo como:
- Nigeria (40%)
- Tailandia (35%)
- México (29%)
La pandemia por la enfermedad de COVID-19 ha generado aprendizajes en todas las actividades humanas: afectivas, sociales o productivas; sin embargo, el avance de la digitalización debe ser vista como una oportunidad para mejorar en el trabajo y en la vida personal.
6 puntos de acción
Finalmente el documento expone 6 puntos de acción para mejorar la inclusión digital en los servicios financieros y garantizar que las mujeres aprovechen al máximo las oportunidades al salir de la actual crisis del COVID-19:
- Desarrollar productos y servicios en línea accesibles: particularmente en salud, a través de autoevaluaciones, prevención de las enfermedades y acceso a teleconsulta 24/7 con médicos y otros profesionales de la salud.
- Introducir servicios de conserjería de “un clic” en áreas como cuidado de niñas y niños o adultos mayores para facilitar la vida de las mujeres.
- Ofrecer más capacitación en línea para desarrollar las habilidades de las mujeres y confianza en los negocios, la ciberseguridad y las redes. Al hacerlo, ayudar a cerrar la brecha digital con los hombres.
- Trabajar en conjunto con mujeres emprendedoras, brindando asesoramiento y experiencia para ayudarles a financiar, estructurar y proteger sus negocios y empresas emergentes.
- Desarrollar productos específicos para proteger a las mujeres trabajadoras como autónomas o pequeñas empresarias, especialmente en la economía del concierto: muchas de estas mujeres actualmente tienen poca o ninguna protección formal para su salud o sus finanzas.
- Poner a disposición de las mujeres apoyo de todos los sectores sociales y trasfondo económico para asegurar que nadie se quede atrás por el auge de la tecnología digital.