En los servicios de Comunicación Humana, ubicados en las unidades de Medicina Física y Rehabilitación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), especialistas en audiología, otoneurología y foniatría diagnostican y diseñan un programa de rehabilitación específico, para posteriormente enviar al paciente a terapia de lenguaje y aprendizaje, indicó la doctora María del Carmen Rojas Sosa.
En el marco del Día Mundial de la Dislexia, que se conmemora este 8 de noviembre, la coordinadora de Programas Médicos en la División de Unidades de Rehabilitación del IMSS explicó que se trata de un trastorno del funcionamiento cerebral que provoca:
- dificultades para aprender a leer de forma automatizada, fluida y exacta, sin que exista algún problema perceptual, físico, motor o de deficiencia educativa.
Agregó que en los disléxicos pueden presentarse también entre otros problemas:
- escritura
- compresión
- memoria a corto plazo
- confusión entre derecha e izquierda
- dificultades en la noción espacio-temporal
- alteraciones de habla
- comprensión del lenguaje verbal
La especialista en audiología destacó que este trastorno “no es una enfermedad psicológica o mental, pero puede adquirir un componente emocional cuando el paciente no se detecta o se diagnostica en etapa escolar avanzada; debido a maltrato familiar, de los maestros o burlas de compañeros cuando el menor no muestra el desempeño escolar deseado”.
En este sentido enfatizó que los menores que padecen dislexia pueden ser aislados, deprimidos, con baja autoestima o inquietos, desatentos y agresivos; lo que dificulta más el diagnóstico. Por otra parte, dijo que los padres o familiares de estas niñas y niños pueden desesperarse e incluso tener fuertes sentimientos de culpa, ya que piensan que no son capaces de educarlos.
Necesario vigilar desde los 2 o 3 años de edad el neurodesarrollo
La doctora Rojas Sosa indicó que para su diagnóstico se emplean múltiples escalas neuropsicológicas que miden las capacidades cognitivas y habilidades en los menores sospechosos, pero “hasta el momento no hay una única prueba ideal, por lo que son herramientas de apoyo y el diagnóstico final se convierte en clínico”.
Refirió que por ello es necesario vigilar desde los 2 o 3 años de edad el neurodesarrollo de niñas y niños; ya que el diagnóstico de certeza se puede establecer hasta después del primero o segundo grado de primaria. Porque antes existe una dificultad natural para aprender a leer o escribir sin ser dislexia.
Tratamiento
La otoneuróloga del IMSS manifestó que una vez identificado el trastorno, el terapista de lenguaje o fonoaudiólogo es el encargado de lograr que el paciente obtenga un nivel funcional de la lectura; y de las manifestaciones acompañantes, como la escritura y la comprensión.
“El tratamiento se apoya en diferentes técnicas y en la experiencia del terapeuta, quien lo enfoca a las áreas afectadas del menor con ejercicios dirigidos a corregir o establecer las bases adecuadas para la lectoescritura; manejo de la percepción visual; procesamiento fonológico; aspectos vinculados al pensamiento, la memoria auditiva y visual, entre otros”, destacó.
La doctora María del Carmen Rojas Sosa hizo un llamado a madres, padres y maestros a recordar que la dislexia existe. Aunque parece ser invisible no deben pasar por alto las pequeñas señales que pudieran presentarse en niñas y niños para llevarlos en forma oportuna al médico. Esto para que reciban la atención que mejore la calidad del aprendizaje y de la vida, tanto del paciente como de la familia[.]