Los papás deben promover en sus hijas e hijos, desde que son pequeños, la importancia de distribuir los roles en casa para generar un nuevo proceso de entendimiento; estas prácticas se deben reproducir entre las familias y en la sociedad para llegar a un punto de equilibrio, afirmó Miguel Ángel Zamarrón Serratos, de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el marco del Día del Padre, que este año se celebra mañana, 21 de junio, el universitario resaltó la importancia de la figura paterna dentro de la familia y la sociedad, y su papel para solventar los retos que implica la confirmación de pautas que marquen un equilibrio en los roles de género.
Antes del confinamiento, los papás dedicaban la mayor parte del tiempo al trabajo y convivían poco con las hijas y los hijos; y ahora su presencia más prolongada ha provocado un impacto en cómo son percibidos. Esta circunstancia representa una oportunidad para transitar hacia la “nueva normalidad”, donde se participe en reflexiones sobre la importancia de contribuir, por ejemplo, a las labores del hogar.
Zamarrón Serratos señaló que las nuevas masculinidades invitan a ejercer la paternidad con mayor apertura al compromiso del cuidado, educación y recreación de las hijas y los hijos, y de otras tareas que antes eran delegadas a las madres. “Ser padre es una gran responsabilidad y debemos ser conscientes de que estas nuevas acciones podrán marcar una diferencia en las futuras generaciones”.
Resistencia al cambio
El estereotipo de un papá que sale y es proveedor se ha modificado debido a las actuales circunstancias económicas, políticas y sociales. Los roles de género ya no son como antes, ahora los hombres deben involucrarse más en actividades que eran encomendadas a las mujeres, como: quehaceres domésticos; cuidado de las hijas y los hijos; y los enfermos en casa, reiteró Zamarrón Serratos.
Sin embargo, prevalece la resistencia al cambio debido a la conceptualización patriarcal de un modelo tradicional de familia mexicana, en el que no hay igualdad en las cargas del trabajo doméstico. “Tenemos un discurso hegemónico que es machista, pero también hay presiones sociales entre amigos, familiares e incluso en las cosas que consumimos, porque tienen un lenguaje patriarcal”, subrayó.
De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de los Hogares 2017, del INEGI, en México hay 22’260,461 hogares con jefatura masculina, que representan el 65.3% de los 34’067,895 que existen.
Sin embargo, sólo 25% de los padres de familia participan en los quehaceres al interior del hogar, lo que marca una gran desigualdad en su designación, remarcó.
Estar en confinamiento ha implicado retos para madres y padres:
- hacer la comida
- lavar la ropa
- cuidar a los hijos
- revisar sus deberes escolares
Son actividades que se han unido a las actividades laborales; la casa es oficina, escuela y hasta centro de recreación. Esta circunstancia requiere de un común acuerdo en el que todos contribuyan.
No todas las familias han tenido el mismo avance de adaptación, y es necesario entender la importancia de establecer una igualdad en estos roles y hacer consciencia para sobrellevar los desafíos, concluyó[.]